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2. ¿Cómo funciona la vida?

Publicado el Viernes, 20 Mayo 2011
Última actualización en Domingo, 29 Junio 2014

Según la filosofía de la Medicina Tradicional China, el microcosmos es un fiel reflejo del macrocosmos puesto que todo en la vida funciona de manera análoga. Y desde hace al menos 2.500 años, la medicina china se fundamenta en la convicción de que la vida existe gracias al principio Yin-Yang. Este principio se refiere a la interacción infinita que mantienen las fuerzas complementarias primordiales Yin y Yang entre sí.

En el I Ching el Yang (lo Creativo) es representado por una línea continua, el “uno”, y el Yin (lo Receptivo) por una línea discontinua, el “dos”. Refiriéndose a que la vida se debe a los procesos infinitos de división y unión, los sabios que redactaron el I Ching, dicen lo siguiente sobre el principio Yin-Yang: “El uno se divide y se vuelve dos. El dos se une y se convierte en uno. Lo Creativo y lo Receptivo se unen y constituyen el mundo.”

Que la vida se debe, efectivamente, a los procesos de división y unión ya no es ninguna cuestión de creencia sino de ciencia, dado que actualmente se pueden observar dichos procesos gracias a los microscopios ópticos y electrónicos. Así, se han estudiado, por ejemplo, la división celular y su unión para formar todo tipo de organismos y asimismo la transformación molecular que da lugar a la formación de toda clase de moléculas diferentes. Y se sabe que el desarrollo, la diversificación y la evolución de los seres vivos se deben al hecho de que todos ellos, desde los organismos más rudimentarios hasta los más complejos, comparten en su interior una organización común y una bioquímica común.

En el siglo VI antes de Cristo apareció la “biblia” del taoísmo, el Tao Te King. En esta obra, un sabio llamado Lao Tse explicó el origen de la Creación de la siguiente manera:

El Tao produjo el Uno.
El Uno produjo el Dos.
El Dos produjo el Tres.
El Tres produjo todas las cosas.

El “Uno” corresponde a la energía procedente del Tao, el “Dos” se refiere al principio Yin-Yang, el “Tres” simboliza la materia viva y ésta “produjo todas las cosas”, es decir: la materia viva produce todas las manifestaciones de la vida.
Según el I Ching, el “Uno” se transforma en “una viviente manifestación de su energía” mediante dos principios vitales opuestos y complementarios: lo Creativo y lo Receptivo. Lo Creativo (el Yang) es la fuerza vital primordial que procede del Cielo, y lo Receptivo (el Yin) es la fuerza vital primordial que procede de la Tierra. La interacción perpetua entre dichas fuerzas crea y sostiene las manifestaciones de la vida, trayendo los cambios, las transformaciones y la energía que posibilitan el continuo re-engendramiento de su vitalidad.
Así que, la interacción Yin-Yang posibilita el continuo re-engendramiento de “la viviente manifestación de la energía del Tao”: la Creación. Por lo tanto, el desarrollo, la vitalidad y las condiciones vitales de todos los seres dependen de la interacción Yin-Yang. Y la experiencia de la medicina china indica que la Inteligencia de la Vida necesita el equilibrio Yin-Yang para mantener la salud. Por eso, todos los medios terapéuticos desarrollados por dicha medicina se dirigen a la recuperación del equilibrio Yin-Yang.

Según los sabios del I Ching, las fuerzas vitales que mueven el mundo, se originan al juntarse los principios primordiales de lo Creativo (el “uno”) y lo Receptivo (el “dos”) en combinaciones de tres líneas. Dichas fuerzas se simbolizan mediante los ocho trigramas que constituyen la base de la dinámica vital que se da a entender en el I Ching. Son los siguientes:

Los ocho trigramas

Combinando entre sí dichos trigramas, se forman los 64 hexagramas del I Ching. Cada hexagrama representa una de las fases esenciales del proceso infinito de los cambios y transformaciones a los que la vida está sometida. Y debido a vías energéticas misteriosas, se puede utilizar el I Ching como oráculo para aclarar nuestra posición en determinadas circunstancias, ya que los hexagramas van acompañados de textos en los que se describen las características, facilidades y dificultades específicas de cada fase.
Los hexagramas correspondientes al principio Yin-Yang y a los Cinco Elementos están formados por la duplicación de dos trigramas idénticos. Las características del Yang se describen en el hexagrama 1 del I Ching: Lo Creativo (formado por dos trigramas Cielo). Y las características del Yin se describen en el hexagrama 2: Lo Receptivo (formado por dos trigramas Tierra). Así que, lo que se dice en dichos hexagramas sobre la función de ambos, ayuda a entender cómo funciona el principio Yin-Yang.
Las características de los Elementos Agua, Fuego, Madera y Metal proceden de las influencias de las fuerzas de la naturaleza: respectivamente el agua, el sol, el viento y la tierra (el suelo terrestre). El Elemento Fuego corresponde a la fuerza vital del Sol, el Elemento Madera (árbol) se refiere a los procesos orgánicos que corresponden a la fuerza natural del Viento, y la medicina china adjudicó el nombre Metal (minerales) al Elemento correspondiente a la fuerza vital del Trueno. Según el I Ching, el Trueno promueve todo aquello que moviliza la actividad funcional de la naturaleza, destacando la energía, la fuerza eléctrica y la conmoción (emocional o física producida por cualquier choque de fuerzas).
Así que, los hexagramas correspondientes a los Elementos son los formados por dos trigramas Agua (hexagrama 29: Lo Abismal), por dos trigramas Fuego (hexagrama 30: Lo Adherente), por dos trigramas Viento (hexagrama 57: Lo Suave) y por dos trigramas Trueno (hexagrama 51: Lo Suscitativo).
A consecuencia de las interacciones Yin y Yang entre dichos Elementos se origina el Elemento Tierra: los estados vitales Lago y Montaña de la Creación, es decir la naturaleza con sus lagos y montañas, etc. y toda su vida orgánica evolutiva. El trigrama Lago corresponde al estado vital de la actividad creadora de la Tierra y de sus habitantes. Las características de este estado se describen en el hexagrama 58: Lo Sereno (formado por dos trigramas Lago). El trigrama Montaña representa el estado vital de la disposición receptiva de la Tierra y de sus habitantes. Las características del estado Montaña se describen en el hexagrama 52: El Aquietamiento (formado por dos trigramas Montaña).

El bagua, símbolo de la Creación

Mediante el símbolo llamado bagua, los antiguos sabios del I Ching enseñaron los principios fundamentales que determinan el estado vital de la Creación. “Bagua” significa ocho trigramas (“ba” significa ocho y “gua” trigramas) y en él se muestra la secuencia según la cual las fuerzas vitales interactúan entre sí.
Pero hay también un bagua que muestra una secuencia muy diferente. Durante la dinastía Chou, en la época de la redacción del Libro de las Mutaciones que conocemos (el I Ching ampliado con todo tipo de comentarios e interpretaciones), se añadió un bagua con una secuencia que mostraba la dinámica vital que condiciona el mundo humano, “el bagua del Cielo Posterior”. En la página 356 del I Ching (Versión del chino al alemán por Richard Wilhelm, traducción al español de la Editorial Edhasa) viene dicha secuencia temporal transitoria y en la página 353 viene la secuencia de los trigramas del bagua arcaico.
Como explico en el libro (capítulo 3), me he basado en la secuencia del bagua arcaico dado que éste muestra cómo interactúan las fuerzas vitales entre sí para posibilitar la regeneración y vitalización constante de los seres vivos, “la viviente manifestación de la energía del Tao”.
El bagua arcaico muestra la interacción Yin-Yang entre las fuerzas complementarias mediante la secuencia de los trigramas que produce una dinámica autorreguladora y autorregeneradora. Además, esta secuencia de fuerzas opuestas que ejercen funciones complementarias, aclara la siguiente explicación de los sabios en los textos antiguos (p. 352 del I Ching):


Cielo y Tierra determinan la dirección.
La Montaña y el Lago mantienen la unión de sus fuerzas.
El Trueno y el Viento se excitan mutuamente.
El Agua y el Fuego no se combaten entre sí.

Bagua arcaico (Cielo Previo o secuencia premundana)

Los trigramas se leen de dentro hacia fuera de manera que la línea interior de cada uno indica la polaridad Creativa (Yang) o Receptiva (Yin) de determinada fuerza vital. En el bagua arcaico, el trigrama que representa el Cielo está arriba y el que representa la Tierra está abajo de modo que lo Creativo está en lo alto y su fuerza complementaria, lo Receptivo, se encuentra en el suelo terrestre, mostrándose así la interacción Yin-Yang primordial que determina la vitalidad del ser de la Creación en el planeta Tierra.
Al lado derecho de la fuerza primordial del Cielo están los tres trigramas que representan las fuerzas vitales Receptivas (Viento, Agua y Montaña), simbolizándose así la actitud requerida para formar la expresión material de las intenciones Creativas de la energía del Tao en nuestro planeta. Y los trigramas al lado izquierdo del Cielo representan las respectivas fuerzas complementarias Creativas (Trueno, Fuego y Lago) que ejercen la función transformadora (Yang) de la materia (Yin) en el Elemento Tierra (planeta y habitantes).

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