CÍRCULOS VICIOSOS

Cuando perdemos el equilibrio emocional, se obstaculiza la Fuente Vital en nuestro interior y, tapándose esta fuente, se dificulta la percepción de las influencias beneficiosas de las fuerzas naturales: los Elementos Agua, Madera, Fuego y Metal. La falta de sus aportaciones hace que nos sintamos incapaces de ser como somos, y se manifiesta cuando nos encontramos insatisfechos y acumulamos sentimientos y pensamientos negativos.
Al obstaculizarse así nuestra Fuente Vital, nos enredamos automáticamente en unos círculos viciosos que se explican perfectamente al tener en cuenta la dinámica vital. La confianza (Agua) se convierte en miedo. La naturalidad, imaginación, generosidad y la libertad creativa (Madera) se convierten en frustración, ira y agresividad. El amor y la conciencia (Fuego) se nublan y se envician y generan prepotencia, egoísmo y ansiedad. Y la seguridad existencial (Metal) se convierte en inseguridad, afán de control y abuso de poder por lo que se producen desamparo, soledad y tristeza
En este bloque de artículos vamos a ver por qué nos enredamos en una dinámica de círculos viciosos y cómo liberarnos de ellos.

Un clamor de paz cantado por niñas sirias: LOS NIÑOS SIRIOS
https://www.youtube.com/watch?v=ZAKVQ1UsAXg               

Ante la ONU: la declaración de una niña de Vancouver, Canadá:
https://www.youtube.com/watch?v=x9ZiI6Y0CpA

 

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3. El poder de la mente. 1er Círculo vicioso

Hemos visto que perdemos el equilibrio Yin-Yang debido a que “lo Receptivo quiere avanzar por sí mismo.” Esto ocurre cuando la vertiente Yang del Fuego, la mente, toma el mando sobre nuestra vida en vez del sincero sentir del corazón, lo Receptivo, que nos conecta con lo Creativo del Agua. La mente usurpa la función directiva de lo Creativo al faltarle las directrices y las indicaciones de lo Creativo que percibimos en nuestro interior cuando nos guiamos por nuestro sincero sentir. Este primer círculo vicioso surge cuando nuestra impaciencia y pre-potencia desequilibra al Elemento Fuego y éste toma el poder sobre su “Hijo” (Tierra) y “Abuelo” (Agua).

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4. La sobrecarga. 2º Círculo vicioso

Se establece un segundo círculo vicioso cuando el Elemento Tierra desequilibrado (pre-ocupación) toma el poder sobre su “Hijo” (Metal) y “Abuelo” (Madera). De lo expuesto en el primer círculo vicioso se entiende que uno no se sobrecarga por falta de tiempo, sino por no tomarse su tiempo para escucharse y actuar en consonancia con su sincero sentir y los criterios de su verdadero ser. En la medida en que nos desentendemos del corazón dejándonos guiar por la mente, en vez de ocuparnos prestando atención a lo que estamos haciendo, nos pre-ocupamos por lo que nos desvinculamos de la conexión con lo Creativo del Elemento Agua.

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5. El poder del ego. 3er Círculo vicioso

{jcomments on}La inseguridad y el abuso de poder desequilibran al Elemento Metal por lo que éste toma el poder sobre su “Abuelo” (Fuego) e “Hijo” (Agua). Entonces, el ego adquiere poder sobre nosotros y utiliza nuestras habilidades mentales (Fuego) para buscar seguridad mediante la manipulación de las circunstancias y el manejo de los demás. El ego usurpa el poder directivo de lo Creativo (Agua) y nos enreda en un círculo vicioso que no implica al Elemento Tierra (nosotros), como muestra la imagen del pentágono con el triángulo Metal-Fuego-Agua remarcado. Se ilustra así que la dinámica del poder del ego produce aislamiento y soledad y fomenta actitudes inhumanas.

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6. Encontrarse perdido. 4º Círculo vicioso

Podemos sobrevivir en el inhóspito mundo del poder del ego gracias a nuestro piloto automático. Pero para poder vivir, necesitamos desconectarnos de él y enchufarnos a nuestro verdadero ser.
El ego nos deshumaniza. Para volver en sí necesitamos el contacto con la naturaleza y el calor humano de nuestra vida social y cultural (Madera). De esta manera activamos intuitivamente la dinámica constructiva Madera-Tierra-Agua, cuyas influencias evitan que nos perdamos. El Elemento Madera (árbol) se encarga del desarrollo de la vida. Representa las cualidades intrínsecas de la Naturaleza cuyas influencias conectan los seres vivos con su esencia y con la Fuente Vital (Agua) en el interior de cada uno (Tierra). En nuestro estado receptivo (Montaña) retomamos el pulso con la vida en el eje horizontal (∞), en nuestro estado creativo (Lago) disfrutamos de la vida social y cultural, donde el “brazo de Madera” (ver imagen) nos conduce hacia nuestro interior (Agua). Gracias a ello, nuestra naturaleza (Madera) nos vuelve a colocar en el centro del Ciclo Cosmológico y posibilita así que las aportaciones del Elemento Agua nos nutran y nos dirijan hacia la luz (Fuego).

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7. La violencia. 5º Círculo vicioso

Si no nos paramos cuando nos hemos perdido, sobrevivimos conducidos por un piloto automático y no reciclamos la "basura" acumulada en nuestro interior. La tensión interior que se genera así, la descargamos mediante estallidos de violencia. Si a pesar de esto uno no se para, a fin de volver en sí y buscar el origen de su agresividad, la violencia se instalará en la programación de su piloto automático. Entonces, el Elemento Madera desequilibrado (frustración e ira) toma el poder sobre su “Abuelo” (Metal) e “Hijo” (Fuego) en el círculo vicioso de la violencia.

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1. Mantener el equilibrio Yin-Yang

{jcomments on}La vida humana se hace conflictiva a consecuencia de determinados círculos viciosos que surgen debido a nuestra postura en la interacción entre los Elementos. Al conocer el sistema regulador de la dinámica vital y las cualidades intrínsecas de las fuerzas primordiales, se facilita entender las causas de los círculos viciosos que complican la vida humana. La Inteligencia de la Vida ha establecido determinados ciclos vitales que mantienen el orden del Tao en el universo y en la vida terrenal. Saber mantener el equilibrio Yin-Yang es primordial para facilitar la interacción entre las fuerzas primordiales que actúan en nuestro interior y cuyas influencias beneficiosas percibimos cuando vivimos en consonancia con los ciclos vitales.

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2. ¿Cómo surgen los círculos viciosos?

{jcomments on}El llamado Ciclo Cosmológico muestra el orden autogestor y autocorrector de la naturaleza, el orden del Tao. Este orden se manifiesta por ejemplo en el equilibrio ecológico y en la fisiología. En el centro de la “flor” del Ciclo Cosmológico (ver imagen), la Tierra mantiene el equilibrio Yin-Yang al ubicarse en el cruce de las líneas que representan el cauce de la corriente de influencias beneficiosas generadas por la interacción entre las fuerzas primordiales de la naturaleza. En el eje vertical las fuerzas complementarias Agua (Yin) y Fuego (Yang) y en el eje horizontal las fuerzas complementarias Metal (Yang) y Madera (Yin) interactúan entre sí. Surgen así los ciclos vitales de regulación que mantienen el equilibrio Yin-Yang del Elemento Tierra (planeta y sus habitantes). Éste, al estar en el centro de la interacción entre estas fuerzas complementarias, se nutre de las influencias beneficiosas de todas ellas.