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8. La pérdida del equilibrio Yin-Yang

Publicado el Viernes, 20 Mayo 2011
Última actualización en Martes, 02 Septiembre 2014

Según los antiguos investigadores médicos chinos, al perder el equilibrio Yin-Yang se produce una dinámica de disfunción fisiológica que crea círculos viciosos dañinos que son el origen de la enfermedad y que agravan y complican ésta. Asimismo, al perder el equilibrio emocional, se origina una dinámica de disfunción humana que produce igualmente círculos viciosos que agravan y complican el desequilibrio emocional.

Esta dinámica desequilibradora se visualiza en el diagrama siguiente:

La disposición pentagonal de los Cinco Elementos

La disposición pentagonal de los Cinco Elementos

Observando la disposición de los Cinco Elementos en este diagrama, se ve claramente que aquí el Elemento Tierra, es decir cualquier ser vivo, se ha distanciado de las influencias de su espíritu y de la esencia de su alma (Elementos Agua y Madera). Mientras que en el Ciclo Cosmológico los seres se nutren de las influencias de las cuatro fuerzas de la naturaleza, alimentando a su vez a éstas, en la dinámica que observamos en la disposición pentagonal de los Elementos, el Elemento Tierra (nosotros) se nutre de forma directa solamente de las -desequilibradas- aportaciones del Elemento Fuego (las flechas cortas indican cuál nutre a cuál) y alimenta sólo al Elemento Metal. Así que, en estas condiciones es imposible que desarrollemos nuestro potencial humano.

Comparemos esta dinámica con la que se da en la salud. En el Ciclo Cosmológico todas las funciones orgánicas se nutren del alimento y los líquidos aportados por el sistema digestivo. Este sistema corresponde al Elemento Tierra y asimismo a la digestión de nuestras vivencias. Partiendo del axioma de que todo funciona de manera análoga, los procesos de la digestión y las funciones y aportaciones de los órganos correspondientes a los Elementos, muestran la dinámica que estos mantienen entre sí para nutrir, vitalizar y regenerar cualquier organismo (cuerpo) y cualquier ser vivo.
La fisiología del cuerpo humano enseña cómo transcurre el proceso de la alimentación, digestión, nutrición, vitalización y regeneración en la salud, el Ciclo Cosmológico. Globalmente y sin entrar en detalles, dicho proceso transcurre de la siguiente manera.
El ser (Tierra) toma alimentos que tiene que digerir, y cuyos desechos metabólicos se eliminan con las heces. El producto alimenticio elaborado por el sistema digestivo (Bazo-Páncreas) va al hígado (Madera) donde este producto se depura y donde tienen lugar una gran cantidad de transformaciones para elaborar los nutrientes y otras sustancias que el hígado suministra a la sangre (Fuego). La sangre va a los pulmones (Metal) para oxigenarse y después circula por el organismo para nutrir a las células en el medio interno (Agua) con el oxígeno y el componente líquido y sustancial del plasma sanguíneo, llevándose al mismo tiempo el agua contaminada con todo tipo de desechos producidos por el metabolismo celular. El agua contaminada de la sangre venosa se elimina gracias al trabajo de los riñones (Agua) y al volver la sangre al hígado (Madera), éste se encarga de la transformación de gran parte de los desechos mientras que el dióxido de carbono se elimina mediante la espiración (Metal).
Así que, al mantenerse el Elemento Tierra en el centro, surge una dinámica fluida en la que los órganos correspondientes a las cuatro fuerzas naturales (Elementos Madera, Fuego, Metal, Agua) y todas las células del cuerpo se alimentan y el cuerpo entero recibe de los Elementos sus aportaciones correspondientes, siguiendo el trayecto que se muestra mediante las flechas en el siguiente dibujo.

La dinámica de nutrición del Ciclo Cosmológico

La dinámica de nutrición del Ciclo Cosmológico

Al mismo tiempo, determinadas funciones se regulan mediante la dinámica autorreguladora que hemos visto. Entre ellas, la respiración y la circulación sanguínea que se regulan por el sistema nervioso (Elemento Agua), el cual regula también la digestión junto con el sistema hormonal (Elementos Agua y Madera). Y el sistema linfático (Elemento Tierra) regula el intercambio entre el plasma sanguíneo (Fuego) y el agua en el medio interno (Agua), mediante el fluido de la linfa que procede principalmente del hígado (Madera) y del sistema digestivo (Tierra).

En la disposición pentagonal de los Elementos, las funciones autorreguladoras se reflejan mediante las flechas largas en el centro de los Elementos (Ciclo de Control en medicina china). Así que, donde en los ejes vertical y horizontal del Ciclo Cosmológico surgen unas interacciones transformadoras fluidas que hacen que uno mismo se regule y mantenga el equilibrio Yin-Yang, aquí las interacciones transformadoras se cruzan y chocan entre sí a consecuencia de la posición descentrada del Elemento Tierra.
De modo que la dinámica que surge al perder el equilibrio Yin-Yang, es muy diferente a la dinámica natural. En el diagrama se ve de un vistazo que, a consecuencia de la pérdida del equilibrio vital, se impide la autorregulación dirigida e inspirada por el espíritu humano del ser y por la esencia individual de cada uno (eje Agua-Tierra-Fuego). Al mismo tiempo se malogra así la creación de las condiciones necesarias para realizarse y aprender cosas esenciales de las vivencias (eje Madera-Tierra-Metal). Así que, teniendo en cuenta la dinámica que surge en la disposición pentagonal de los Elementos que refleja el estado vital del mundo, es comprensible que mucha gente (Tierra) se encuentre sola, insegura e indefensa.
En el pentágono de arriba, he puesto junto a los Elementos algunas de las cualidades correspondientes a la influencia que cada una de estas fuerzas naturales ejerce en nuestras vidas. No obstante, en la disposición pentagonal no se produce una dinámica que facilite la recepción de las mencionadas influencias beneficiosas sino, muy al contrario, una dinámica que afecta negativamente al desarrollo de las cualidades correspondientes a estos Elementos. En la medida en la que nos dejemos llevar por la dinámica desequilibrada del mundo, nos privaremos de las influencias directivas de nuestra naturaleza íntima (Elementos Agua y Madera) por lo que en nuestro interior reinará el desconcierto, la frustración y la insatisfacción y florecerán los sentimientos negativos.

Según la Teoría de los Cinco Elementos y la experiencia de la medicina china con la aplicación de las normas dinámicas que rigen la interacción entre los Elementos en la disposición pentagonal, el equilibrio Yin-Yang se recupera siguiendo unas pautas muy sencillas. Éstas determinan lo que hay que hacer para que los Elementos vuelvan a ejercer sus influencias beneficiosas gracias a lo cual se estimula la dinámica natural (Ciclo Cosmológico) y ésta reconduzca el funcionamiento orgánico hacia la dinámica nutritiva y autorreguladora que fluye sin obstáculos, recuperándose así la salud. Aplicando las pautas terapéuticas de la medicina china al desequilibrio emocional y a las condiciones conflictivas, las fuerzas naturales ejercen el mismo efecto curativo. En el capítulo 3 del libro he explorado cómo actúan estas fuerzas (Elementos) en nuestro desarrollo emocional y mental y en el siguiente capítulo he aplicado las pautas terapéuticas al desequilibrio emocional (ver libro).

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