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El terrorismo y la dinámica de nutrición

Publicado el Martes, 24 Noviembre 2015
Última actualización en Sábado, 24 Diciembre 2016

A raíz del atentado terrorista en París (13 de noviembre 2015), he escrito este artículo. Según la visión de la vida de los sabios que hicieron el Libro de las Mutaciones, los fenómenos destructivos nos enseñan “los Principios de la creación activa”. El ser humano posee la capacidad de moldear la vida a su gusto, pero para que juegue un papel constructivo en la creación tiene que aprender a respetar sus normas. La vida es sujeta a determinadas normas inmutables que provocan fenómenos destructivos cuando las transgredimos. I Ching explica los fenómenos destructivos en el mundo de la siguiente manera: “La norma no cambiante del equilibrio Yin-Yang aparece sobre los hombres de forma aplastante, con toda su grandeza y su fuerza, y en toda su desconcertante variedad y multiplicidad.”

El destino del ser humano es tomar conciencia de sí mismo y comprender cómo funciona la vida para aportar sus granos de arena a la evolución de la Creación. Aprendemos eso tropezando con las normas intrínsecas de nuestro ser y tropezando con las normas universales de la vida. Siempre que tropezamos sentimos dolor y desazón pero –en vez de pararnos para darnos cuenta de las normas que hemos transgredido- a menudo luchamos contra las causas externas de nuestro infortunio. Y cuanto menos nos paramos y nos preguntamos cosas, más nos perdemos. En su interior, cada uno sabe cómo es y todos reconocemos las normas universales de la vida. Hacer que esta sabiduría interior vaya saliendo a la superficie, es cuestión de pararse y preguntarse las cosas con sinceridad interior.

Cualquier acción terrorista es el resultado de una vulneración sistemática de las normas universales que rigen el orden vital. Tanto en el ambiente familiar y social como en el ámbito mundial, el terrorismo se arraiga en el círculo vicioso del poder del ego. Si el ser humano da poder a su ego y abusa del poder mediante sistemas totalitarios y autoritarios, la dinámica destructiva de estos sistemas puede atrapar a las personas y conducirles al círculo vicioso de la violencia. La convivencia respetuosa en una sociedad democrática posibilita que las consecuencias nocivas de cualquier fenómeno destructivo hagan que reflexionemos y corrijamos los errores. No obstante, si uno no se para nunca,
es fácil que eche la culpa de su estado vital a otros y se empeñe en conseguir lo imposible a la fuerza. Se pierde así el rumbo de la vida por lo que, debido a la dinámica misma de los círculos viciosos, finalmente, nos podemos enredar en espirales de violencia. 

En el bloque “Círculos viciosos” ya publiqué artículos que tratan de las causas y consecuencias del poder del ego y de la violencia. En el presente artículo vamos a ver cuáles son los “Principios de la creación activa” que previenen el desarrollo de fenómenos destructivos. Mediante los hexagramas, I Ching enseña cuáles son estos principios. Si los respetamos actuamos de modo constructivo y creamos estados de bienestar al tomar conciencia de las normas universales. En cuatro hexagramas, I Ching aclara cuáles son las cualidades de las fuerzas primordiales que mantienen el orden del Tao en el mundo. Son los hexagramas formados por los trigramas que representan las fuerzas activas de la naturaleza (Elementos Metal, Agua, Madera y Fuego). Éstas ejercen sus influencias constructivas en la dinámica cíclica de la nutrición que permite la digestión fructífera de los alimentos y, también, de las vivencias. 

Por naturaleza estamos conectados al flujo energético generado por la interacción entre los Elementos. Hay varios itinerarios cíclicos que mantienen el orden vital, y su dirección y acción depende de las fuerzas naturales que interactúan entre sí. El ciclo que rige la digestión y produce los nutrientes que se extraen de los alimentos, rige también la digestión de las vivencias y transforma éstas en lecciones de vida. En la “flor” roja que representa el ciclo vital de nutrición (ver más abajo), se visualiza el movimiento cíclico del flujo energético a través de las influencias de determinados Elementos. Las flechas en el itinerario señalan la dirección en la que se activan consecutivamente las fuerzas de la naturaleza Trueno (Metal), Agua, Viento (Madera) y Fuego cuyas influencias posibilitan el proceso digestivo. 

Nos centramos inconscientemente ubicándonos en el centro de de las influencias de las fuerzas naturales (Ciclo Cosmológico). Pero al contrario de los demás seres vivos, el ser humano se desubica fácilmente debido a lo que I Ching llama “el vano trajinar autónomo del hombre” cuando no se abre hacia lo Creativo en su interior. Para mantenernos centrados y encontrar nuestro camino en la vida, es imprescindible interiorizar nuestra vivencias y nutrirnos así gracias a las influencias beneficiosas de las fuerzas de la naturaleza. Éstas obran en nuestro interior y sus estímulos afluyen hacia nosotros cuando nos escuchamos. Abriéndonos así hacia ellas, experimentamos que todo fluye y afrontamos la vida con confianza y creatividad por lo que realizamos nuestro ser sintiendo satisfacción y paz interior. 

Se hizo el Libro de las Mutaciones (I Ching) para facilitar que nos conozcamos y tengamos en cuenta las normas universales de la vida. Los trigramas que representan las fuerzas primordiales, son los “ladrillos” de los hexagramas. En ellos se describen las condiciones espaciotemporales que se crean gracias a la interacción entre determinadas fuerzas naturales. La información dada en los hexagramas que salen en el recorrido natural de los procesos digestivos, enseñan el camino que permite digerir nuestras vivencias de manera fructífera.

Al unir dos trigramas iguales que representan determinada fuerza vital, sale el hexagrama que describe las funciones de determinado Elemento y su modo de actuar. En los hexagramas correspondientes, I Ching explica cómo aprovechar sus influencias beneficiosas. Y al unir los dos trigramas que representan las fuerzas vitales que interactúan entre sí en determinado tramo del itinerario, sale el hexagrama que aclara las condiciones vitales que surgen gracias a esa interacción. Al seguir el flujo de la corriente en el ciclo vital de nutrición, podemos saber cuáles son los hexagramas que corresponden al itinerario establecido. Luego, la información que I Ching da en cada uno, ayuda a tomar conciencia del proceso natural que facilita la digestión y asimilación de nuestras vivencias de modo que superemos las dificultades aprendiendo de ellas.

Consejos de I Ching para aprender de la vida

Veamos globalmente lo que enseñan los hexagramas que se forman en el ciclo vital de nutrición que determina el itinerario de los procesos metabólicos del sistema digestivo. Al final del artículo vienen los enlaces al texto completo en la versión de Richard Wilhelm (hexagramas del “Libro primero” en el blog iching-tegularius).

dinamica nutritiva El cauce en la dinámica de nutrición

El Elemento Metal (Trueno) representa las condiciones materiales y las circunstancias cambiantes en el Elemento Tierra (planeta y habitantes) que se ubica en el centro de la "flor. Las circunstancias determinan las vivencias que digerimos y asimilamos el el ciclo vital de nutrición. Así que, comenzamos con el hexagrama formado por dos trigramas Trueno. 

Hex51La fuerza primordial Trueno rige las condiciones materiales determinadas por el campo electromagnético del planeta y la riqueza mineral del suelo. El Trueno genera movilidad y vitalidad mediante la tensión eléctrica y la tensión de las ondas sísmicas en la corteza terrestre. El hexagrama formado por dos trigramas Trueno trata de eso, de afrontar la conmoción causada por terremotos, relámpagos y truenos físicos y emocionales. 
En el hexagrama 51: Lo Suscitativo, la Conmoción, I Ching aclara cómo deberíamos afrontar las tensiones en la vida humana y, especialmente, aquellos acontecimientos que hacen temblar los fundamentos de nuestra vida. Hace énfasis en mantener la calma y buscar el equilibrio interior para que la primera reacción natural de rechazo y temor (¡Ju, ju!) venga seguida por regocijo y alegría (¡Ja, ja!). El consejo que da es: “Permanecer interiormente tan sereno y devoto que no incurre en una interrupción el acto del sacrificio. Tan honda seriedad interior, que hace que todos los terrores externos reboten impotentes sobre ella, es la disposición que deben tener los guías de los hombres y los gobernantes. Así el noble rectifica su vida y se explora a sí mismo.” Gracias a ello se consigue “un nuevo despertar de la vitalidad que vuelve a movilizarse desde dentro”, aclara el hexagrama Lo Suscitativo del “Libro tercero” del I Ching. 

Hex03Si mantenemos la calma y nos dirigimos a nuestro interior (Agua), como aconseja el hexagrama Lo Suscitativo e indican las flechas en el tramo Metal-Agua de la dinámica de nutrición, se crean las condiciones espacio-temporales que se describen en el hexagrama formado por el trigrama Trueno en la base y el trigrama Agua encima. 
Este hexagrama se llama La Dificultad Inicial (nº 3) y en él I Ching explica que el caos después de una profunda conmoción es en realidad el preludio de una provechosa renovación interior. Aclara que para que se genere esta renovación es preciso aguardar, limitarse a perseverar y estar presente en todo aquello que busca su forma en nuestro interior. “Así el noble actúa desenmarañando y ordenando. La inabarcable y confusa plenitud se estructura y se ordena tal como van devanándose las hebras de una madeja de seda y uniéndose en hilos.” 

Hex29Entregándonos a las influencias de la fuerza primordial Agua en nuestro interior, recibimos la ayuda de lo Creativo. Sin embargo, debido a nuestra tendencia al “vano trajinar autónomo” no es fácil confiar en las influencias de la fuerza primordial llamado Lo Creativo. Las transformaciones que lo Creativo genera en nuestro interior escapan al control mental. De eso trata el hexagrama formado por dos trigramas Agua: Lo Abismal (nº 29). 
En este hexagrama I Ching explica que para superar cualquier peligro, hay que comportarse como el agua. La fuerza primordial Agua se entrega a la dirección de lo Creativo. Cuando mana de la tierra, el agua no sabe a dónde ir, simplemente fluye y fluye rellenando los huecos que encuentra en su camino. Nada le hace perder su índole propia esencial, en todas las circunstancias permanece leal a sí misma. “Así la veracidad hace que uno perciba interiormente, con el corazón, el fondo de la situación,” asegura I Ching. “Y una vez que se ha llegado a ser interiormente dueño de una situación, fácilmente se logrará por sí mismo que las acciones exteriores se vean acompañadas por el éxito.”

Hex59Como indican las flechas que señalan el itinerario natural del flujo energético, en determinado momento emergemos del Agua y nos dirigimos al Elemento Madera, símbolo de la naturaleza orgánica y humana. Se generan así las condiciones espacio-temporales creadas por la interacción entre el Agua y el Viento (Madera), que se describen en el hexagrama 59: La Disolución. Este hexagrama trata del egoísmo separador que congela el corazón y aísla a las personas. En él I Ching explica cómo se vence la separación y se disuelve la rigidez al unirse en una faena colectiva y tomar conciencia del origen común de todos los seres. 
Las condiciones creadas por la interacción entre el Agua y el Viento son idóneas para prestar atención al equilibrio de las influencias externas que determinan nuestra dignidad humana. A menudo hace falta reubicarnos en la balanza de la autoestima y el egoísmo. Debido a la comodidad y a los prejuicios formados por las costumbres, la inseguridad y el miedo, creamos obstáculos que obstruyen el camino de la vocación intrínseca de todos los seres vivos: desarrollar su libertad creativa, realizar su ser y utilizar sus aptitudes para adaptarse a las circunstancias medioambientales manteniendo el rumbo de su ser. Si estos obstáculos impiden que respetemos nuestro verdadero ser, vulneramos los valores humanos y perdemos el rumbo, por lo que creamos condiciones de vida perjudiciales y nos hacemos desgraciados. Prestar atención a la digestión de nuestras vivencias es primordial para conocernos, descubrir y cultivar nuestros dones y aptitudes, liberarnos del ego y poder así salvaguardar la dignidad humana. 

Hex57Hacen falta paciencia y fe para que el proceso digestivo fructifique sin la interferencia prepotente de la mente. Como ilustra por ejemplo la labor del hígado en la nutrición del organismo, la función de la fuerza natural Viento es transformar las sustancias procedentes del sistema digestivo de manera que se extraiga de ellas la esencia vital que nutre las células. Los procesos bioquímicos que tienen lugar en el hígado, ilustran muy bien cómo actúa la fuerza primordial Viento.
El Viento se toma su tiempo para realizar los procesos orgánicos de transformación y formación cuyos frutos surgirán, a su debido tiempo, del subconsciente y se manifestarán en la conciencia (Elemento Fuego). De ahí que la tendencia de la mente que intenta forzar las cosas y emplea métodos violentos, es muy contraproducente.
El hexagrama formado por dos trigramas Viento, se llama Lo Suave o lo Penetrante (nº 57) en honor a las cualidades intrínsecas de esta fuerza primordial. El atributo del Viento es la suavidad que, no obstante, penetra como las raíces de un árbol. Al penetrar en el interior de la materia, llega a su meta: la obtención de nutrientes. La materia, de por sí rígida e inmóvil, se ve disuelta por la penetración del principio luminoso (lo Creativo) al que se subordina con suavidad y dulzura, dice el hexagrama. “En la naturaleza lo que dispersa las nubes acumuladas y da lugar a una serena claridad del cielo, es el viento. En la vida humana, se trata de la penetrante claridad del juicio que aniquila todas las sombrías segundas intenciones.”
El insistente influjo del Viento (nuestra naturaleza) actúa siempre en una misma dirección. En cambio, la mente es capaz de lograr algo duradero únicamente cuando se subordina al “gran hombre” (corazón) que posee la facultad de instaurar el orden, como se aclara en el hexagrama formado por dos trigramas Fuego (Lo Adherente, nº 30).

Hex50Al utilizar el atributo del Viento, la suavidad que penetra, llegamos a la meta de la digestión: comprender nuestra situación actual y saber actuar en concordancia con las normas universales de la vida. Las condiciones espacio-temporales que surgen cuando la fuerza primordial Viento entrega los frutos de los procesos orgánicos, las describe I Ching en el hexagrama formado por los trigramas Viento (abajo) y Fuego (arriba): El Caldero (nº 50). 
La imagen del caldero sugiere la nutrición, es el símbolo de la cultura de la sociedad. En la antigua China, el caldero era un utensilio del que el amo de la casa extraía los alimentos elaborados y los distribuía en los platos de los huéspedes. También el hígado actúa así, vierte los nutrientes en el sistema sanguíneo cuya función es distribuirlos en el organismo para nutrir las células. La interacción entre el Viento y el Fuego cuyos efectos se describen en el hexagrama Caldero, muestra la emersión de la esencia de nuestras vivencias que percibimos en el corazón (Elemento Fuego, vertiente Yin), y su manifestación en la conciencia (Fuego Yang).
“El caldero, en cuanto utensilio de una cultura refinada, sugiere el cuidado y la alimentación de los hombres capaces, un cuidado que redundaba en bien del gobierno estatal,” dice el hexagrama. Con ello se alude a la estructura cultural de la sociedad. “Es la madera la que sirve de alimento a la llama, a lo espiritual. Todo lo visible debe intensificarse y continuarse hasta penetrar en lo invisible. Así obtiene la debida consagración y la debida claridad, y arraiga firmemente en la trama de los nexos universales. (…) La voluntad de Dios (las normas universales de la vida) debe ser acatada humildemente, y entonces surgirá la iluminación interior y la verdadera comprensión del mundo que conduce a una gran ventura y al éxito.”  

Hex30El hexagrama formado por dos trigramas Fuego se llama Lo Adherente (nº 30). La palabra china significa “estar adherido a algo”, “estar condicionado”, “basarse en algo”, “claridad”. El fuego debe adherirse a algo consistente para no quemarse del todo y estar en condiciones de iluminar de un modo duradero. En este hexagrama I Ching resalta que para modelar el mundo “hay que dedicarse al cuidado de la vaca”, es decir, no pretender hacerlo todo por sí mismo en un vano trajinar autónomo. 
La vaca es símbolo de máxima docilidad. Hay que cultivar dentro de sí una voluntaria dependencia de las influencias de las fuerzas de la naturaleza, se aclara en este hexagrama. “Al reconocer este condicionamiento y al entrar en dependencia de las fuerzas armoniosas y benignas del orden universal, obtiene el éxito. Al cultivar el hombre dentro de sí esta docilidad, esta voluntaria dependencia, logrará una claridad nada hiriente y encontrará su puesto en el mundo. Así el gran hombre (corazón) alumbra, perpetuando esta claridad, las cuatro regiones cardinales del mundo. Continúa en el mundo humano la obra de la naturaleza. En virtud de la claridad de su ser hace que la luz se extienda cada vez más en el interior de la naturaleza humana.”  

Hex55El hexagrama formado por los trigramas Fuego (abajo) y Trueno (arriba) se llama La Plenitud (nº 55). Muestra las condiciones vitales que surgen al terminar el proceso digestivo de las vivencias, cuando el Fuego se dirige al Metal y nosotros nos dirigimos al mundo para vivir nuevas aventuras y afrontar nuevos retos. El hexagrama dice así: “En lo interno (Fuego) hay claridad y hacia afuera (Trueno) movimiento, lo cual da grandeza y plenitud y genera una culminación de alta cultura. La claridad en lo interior posibilita un examen exacto de las circunstancias, y la conmoción en lo exterior procura una severa y precisa ejecución de las penas.” 
De modo que, una vez que hayamos asimilado de forma fructífera las vivencias pasadas, podremos afrontar los acontecimientos futuros con más claridad interior y aplicar con más justicia las normas vitales que encontramos gracias a las influencias de las fuerzas primordiales Trueno, Agua, Viento y Fuego en el cauce establecido para digerir las vivencias.  
“Debes ser como el sol a mediodía” reza el Dictamen procedente del Libro de las Mutaciones arcaico. En el "Libro primero" del I Ching, se describe La Plenitud como una culminación extraordinaria de claridad que no puede durar, y se resalta lo excepcional de poder lograr “tal época de máxima grandeza y plenitud”. Le advierte a quien logre promoverla que una época de tal plenitud es breve y le aconseja “no entristecerse en vista del ocaso que habrá de producirse a continuación”. Sin embargo, esta explicación no cuadra con lo que dice el hexagrama Lo Adherente: “En virtud de la claridad de su ser, hace que la luz se extienda cada vez más en el interior de la naturaleza humana.”

La Plenitud: ¿Cómo hacer que la luz ilumine el mundo?

En el Libro I, se adaptó la interpretación de este hexagrama probablemente a la visión de un Emperador, ya que no concuerda en absoluto con la información que se da en el Libro III ni con la tarea del promotor del movimiento en este hexagrama, el trigrama Fuego en la base. Según el texto arcaico del hexagrama Lo Adherente (Elemento Fuego), la tarea del Fuego consiste en perpetuar la claridad en el mundo, al decir: “Así el gran hombre alumbra, perpetuando esta claridad, las cuatro regiones cardinales del mundo.” Además, en el comentario que viene ahí a continuación, I Ching alude a la reiterada actividad del sol, indicando que éste utiliza el tiempo para iluminar de forma perpetua al mundo entero. 

En la naturaleza no es nada excepcional que el Elemento Fuego logre perpetuar la plenitud en el mundo, sino la norma.
Afortunadamente, la explicación del hexagrama La Plenitud en el Libro III trata precisamente de esta tarea: procurar que la claridad perpetúe e ilumine al mundo entero y la luz se extienda cada vez más en el interior de la naturaleza humana.

El hexagrama La Plenitud del Libro III dice así: 
“El hexagrama es uno de aquellos que se refieren a la variabilidad de todo lo terrenal. (…) Debes ser como el sol a mediodía. Uno ha de iluminar todo el orbe terrestre. Es una época en la cual mediante la claridad y el progreso se logra la grandeza y el florecimiento de la vida pública. Para ello se requiere una fuerte personalidad conductora que atrae hacia sí a otros de idéntico espíritu.”
“Empero, semejante época de florecimiento cultural también trae consigo sus peligros. Pues, de acuerdo con la ley universal del acontecer, a todo crecimiento le sigue un decrecimiento, a toda plenitud le sigue un vacío. Existe un solo medio destinado a obtener bases firmes en épocas de grandeza: la expansión espiritual. Toda restricción buscará un amargo desquite. Únicamente cuando se logra atraer a círculos de gente cada vez más amplios para introducirlos en la plenitud, podrá ésta durar.” 

“Únicamente cuando se logra atraer a círculos de gente cada vez más amplios para introducirlos en la plenitud, podrá ésta durar.”
La fisiología demuestra que, efectivamente, la plenitud puede ser duradera. El corazón (Yin de Fuego) recibe los bienes del hígado (hexagrama Caldero) y los distribuye en cada rincón del cuerpo. Gracias a “la fuerte personalidad conductora” de la circulación sanguínea (Yang de Fuego, la conciencia), las células disponen de las sustancias (nutrientes, enzimas, electrolitos, etc.) que necesitan para ejercer sus funciones de modo que “la vida pública” florezca y la salud del cuerpo perdure. Luego, la labor funcional y productiva de las células posibilita que el bien común del organismo se reponga continuamente mediante el ciclo vital de nutrición.
Para nuestra desgracia, los gobiernos no buscan bases firmes que permitan que la plenitud sea duradera. El poder crea sistemas de educación que evitan más bien que los niños interioricen la materia escolar y desarrollen la autodisciplina, por lo que estos sistemas coartan su libertad creativa y sentido crítico. El poder de la mente nos hace pensar que la libertad de acción genera falta de estabilidad y produce el caos, tacha las razones del corazón de utopía y la cultura de lujo. Y el poder del ego instiga a destruir cualquier posibilidad de vivir en consonancia con el ciclo vital de nutrición y hace que se perciban sus efectos como amenazas anti-sistema. Los gobiernos defienden los sistemas basados en el egoísmo separador que depositan los bienes en manos de poderosos que buscan incrementar sus posesiones a costa de círculos de gente cada vez más amplios.

Las crisis humanitarias y económicas que se generan debido al orden egoísta del mundo, deberían hacer que nos paremos para reflexionar sobre la solidez de los fundamentos de nuestros sistemas. Y asimismo, los malos resultados del sistema de educación.
“Es necesario descender hasta los fundamentos de la vida,” dice I Ching en el hexagrama 48: El Pozo de Agua (dinámica de regulación). “Toda superficialidad en el ordenamiento de la vida, que deja insatisfechas las más hondas necesidades vitales, es tan imperfecta como si no se hubiera hecho ningún intento de ordenamiento. Por diversas que sean las inclinaciones y las formaciones de los seres humanos, la naturaleza humana en sus fundamentos es la misma en todos los casos. Y cada cual puede proveerse durante su formación, recurriendo a la fuente inagotable de la naturaleza divina de la esencia humana (Elemento Madera).”

Las razones del corazón que la mente no entiende, surgen de la esencia humana que nos une y conoce las normas universales de la vida.

Las razones del corazón proceden del espíritu humano (Agua y Viento). De ahí que guiarse por el corazón nos fortalece, nos satisface y nos hace compartir el bien común de modo que la plenitud y el bienestar puedan durar. Los hexagramas que hemos visto en este artículo, enseñan los “Principios de la creación activa” que permiten "abrirnos tranquila y constantemente a los estímulos que afluyen hacia nosotros desde las profundidades de las fuerzas creativas en nuestro interior," como I Ching recomienda a fin de superar todo tipo de dificultades, afrontar nuevos retos y encontrar caminos nuevos.

Listado de los hexagramas

con enlaces al texto completo del “Libro primero” del I Ching en la versión de Richard Wilhelm:

Nº 51: Lo Suscitativo

Nº 3: La Dificultad Inicial

Nº 29: Lo Abismal

Nº 59: La Disolución 

Nº 57: Lo Suave

Nº 50: El Caldero

Nº 30: Lo Adherente

Nº 55: La Plenitud 

 

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