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11. Los cambios cíclicos regeneran la vida

Publicado el Domingo, 09 Febrero 2014
Última actualización en Domingo, 14 Septiembre 2014

El combate con lo Creativo del Cielo

Del Libro segundo del I Ching (p. 355, § 5) copio uno de los textos más antiguos sobre la secuencia de trigramas en el Cielo Posterior:

Dios se manifiesta al surgir en el signo de lo Suscitativo (Trueno); hace que todo sea pleno en el signo de lo Suave (Viento); deja que las criaturas se perciban mutuamente con la mirada en el signo de lo Adherente (Fuego); hace que mutuamente se sirvan en el signo de lo Receptivo (Tierra); da alegría en el signo de lo Sereno (Lago); lucha en el signo de lo Creativo (Cielo); se afana en el signo de lo Abismal (Agua); los lleva a la consumación en el signo del Aquietamiento (Montaña).

Aquí se relaciona lo Creativo con la lucha y en una interpretación de la escuela de Kung Tse (Confucio) se dice: “El combate en el signo de Lo Creativo” (ver p. 357). Viene así, sin comentario ninguno. Esto es muy chocante, y más si tomamos en consideración lo que el Libro de las Mutaciones mismo dice sobre el combate con lo Creativo.

I Ching se refiere al combate con lo Creativo en la sexta línea del hexagrama 1: Lo Creativo.
Dice así (p. 85):

Al tope un nueve significa:
Dragón soberbio tendrá que arrepentirse.

Cuando alguien pretende ascender tan alto que pierde el contacto directo con el resto de los hombres, se torna solitario y esto, necesariamente, conduce al fracaso. Hay aquí una advertencia contra la ambición titánica que supera las propias fuerzas. Una brusca caída al abismo sería la consecuencia.

En el Libro tercero (p. 475) vienen los siguientes comentarios:

"Dragón soberbio tendrá que arrepentirse.”
¿Qué quiere decir esto?

Dijo el maestro: El que es distinguido sin poseer la posición para ello; el que es elevado sin sostén del pueblo; el que mantiene a las personas capaces en puestos subordinados sin que encuentren apoyo, tendrá que arrepentirse no bien se ponga en movimiento.

“Dragón soberbio tendrá que arrepentirse.”
Todo lo que se lleva hasta el extremo, cae en la desventura.

Soberbia significa que uno sabe cómo avanzar impulsivamente, mas no cómo retirarse; que uno sólo conoce la persistencia mas no la decadencia; que uno sólo sabe algo de la ganancia pero nada de la pérdida.
Sólo el santo es el que sabe cómo avanzar con impulso y cómo retirarse, cómo retener y cómo desistir, sin que se reduzca su recta índole.

Asimismo, en la sexta línea del hexagrama 2: Lo Receptivo, se trata de la lucha con lo Creativo.
Dice así (p. 91):

Al tope un seis significa:
Dragones luchan en la pradera.
Su sangre es negra y amarilla.

En el puesto más alto lo sombrío debería retroceder ante lo luminoso. Si pretende afirmarse en este puesto, que no le cuadra, y en vez de servir pretende dominar, atrae sobre sí la ira de lo fuerte. Se produce una lucha en la cual cae derribado, pero en esa lucha se perjudican sin embargo ambas partes.

En el Libro tercero (p. 483) viene el siguiente comentario:

“Dragones luchan en la pradera”:
 el camino llega a su fin.

El seis al tope trata de aferrarse, a pesar de que la situación de oscuridad ya ha llegado a su fin. En ese momento lo umbrío sale de la zona de indiferencia y se torna positivamente maligno. Por consiguiente, se traba una lucha con la fuerza primaria luminosa que, viniendo desde afuera, se enfrenta con lo oscuro. Es una lucha en la cual ambos elementos se dañan.

Continúa en el bloque: "El bagua en movimiento"

Si perseveramos en la “actitud del noble”, los cambios cíclicos nos renuevan una y otra vez. Renovándonos, nos vitalizamos continuamente y aprendemos las lecciones vitales que enseñan “cómo avanzar con impulso y cómo retirarnos, cómo retener y cómo desistir, sin que se reduzca nuestra recta índole”, como dice el comentario en el Libro tercero (p. 475) que acabamos de ver, refiriéndose al combate del “dragón soberbio” con lo Creativo.
Los cambios cíclicos hacen que, igual que los animales salvajes, tengamos que emplearnos a fondo para acoplarnos a las nuevas condiciones vitales y desarrollar nuestro potencial. Aunque, en el fondo, estos cambios se repiten infinitamente igual que la alternancia día-noche y las cuatro estaciones del año, en la práctica cada cambio vuelve a ser nuevo y significa un reto. El mundo del poder que pretende controlarlo todo, los teme y así nos han educado, con temor a los cambios. Sin embargo, tomar conciencia de la normalidad y regularidad de los cambios cíclicos y conocer los factores inalterables que determinan las características, dificultades y ventajas de cada fase de estos cambios, es tranquilizador e inspirador.
Por eso, dedicamos un nuevo bloque de artículos a los cambios cíclicos que se visualizan en el bagua que hicieron el emperador Fu Hsi y los “santos sabios” que hicieron también la versión arcaica del Libro de la Mutaciones. En el nuevo bloque nos basamos en la sugerencia de que en la antigüedad el bagua era un mecanismo móvil de cuatro coordenadas. Como hemos visto en artículo 10, esto lo sugiere el siguiente párrafo del I Ching (p. 353): “Al entreverarse los signos, es decir cuando se ponen en movimiento, puede comprobarse un movimiento doble: el común, de curso progresivo, que va adicionándose en el transcurso del tiempo y se expande, y un movimiento contrario, regresivo, que se va replegando y contrayendo en el transcurso del tiempo.”
Especialmente mediante los cambios cíclicos, lo Creativo del Cielo ejerce su gran perseverancia. Repitiéndose circunstancias temporales basadas en determinados “nexos universales”, repetimos constantemente determinadas lecciones de vida. Los nexos universales son, en general, las interacciones entre dos de las fuerzas primordiales representadas por los ocho trigramas. Así que, hay 64 (8x8) combinaciones posibles cuyas características se describen en los 64 hexagramas del Libro de las Mutaciones.
Los nexos implicados en los cambios cíclicos no son tantos. Para saber cuáles son, nos guiamos por la secuencia de trigramas dada en el bagua y para conocer las características de las diferentes fases de los cambios que se repiten cíclicamente, basta la información que viene en aquellos hexagramas formados por las coordenadas y fuerzas del bagua que se activan sucesivamente durante los cambios cíclicos.
Como veremos en el siguiente bloque de artículos, I Ching ordena el caos aparente de las circunstancias imprevisibles e incontrolables, aclarando los factores fiables que determinan las condiciones temporales. En los hexagramas correspondientes a determinadas fases de los cambios cíclicos I Ching enseña lo que la vida nos pide y nos ofrece en determinado nexo temporal. Basándonos en esta información, podemos llegar a entender el fondo de cualquier cambio difícil o desconcertante y adoptar la actitud requerida para dejarnos ayudar por las fuerzas naturales. 


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