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4. “Cielo y Tierra determinan la dirección”

Publicado el Martes, 10 Septiembre 2013
Última actualización en Lunes, 29 Septiembre 2014

Cielo y Tierra

Hexagrama 1. Ch’ien: Lo Creativo

(ver I Ching: pp. 79 a 85 y 461 a 477)

cieloEl trigrama CIELO representa el Qi Original, la protoenergía del Tao. Son tres trazos firmes que representan el principio de lo luminoso con su movimiento y fortaleza. I Ching describe las características de este principio en el hexagrama formado por la duplicación del trigrama Cielo, el primer hexagrama llamado Ch’ien, Lo Creativo. En él da mucha información sobre las propiedades y la forma de actuar de esta fuerza primordial a la que I Ching se refiere como: lo Creativo del Cielo.
Lo Creativo obra el principio, el engendramiento de todos los seres. Es una fuerza energética y espiritual que está presente en todo y en todos. Su imagen se presenta como entidad no condicionada por circunstancias espaciales y se la concibe como movimiento, un movimiento intencionado que utiliza el poder del tiempo y el poder de la perseverancia en el tiempo, la duración, para expresarse. Dice I Ching: “Lo Creativo obra mediante la modificación y la transformación, a fin de que todos los seres individuales reciban sus determinadas formas, y logren duradera concordancia con la gran armonía, el Tao.”
Dice así: "El comienzo de todas las cosas reside todavía, por así decirlo, en el más allá, en forma de ideas que aún deben llegar a realizarse. Pero en lo Creativo reside también la fuerza destinada a dar forma a estas imágenes primarias de las ideas. Es lo que queda señalado con la palabra “logro” y “éxito”. (…) Con respecto al acontecer universal, se expresa en el hexagrama la fuerte acción creativa de la divinidad. Aplicado el signo al mundo humano denota la acción creadora del santo y del sabio, el gobernante y conductor de hombres, que gracias a su fuerza despierta y desarrolla en estos últimos su esencia más elevada (ver p. 79).”

Lo Creativo del Cielo actúa dentro de cada persona. Las líneas del hexagrama representan, como seis peldaños, las seis etapas por las que “los seres individuales penetran como una corriente en las formas que les son propias” (para conocer estas etapas, ver pp. 470-475 del I Ching). Lo Creativo despierta y desarrolla las cuatro virtudes cardinales del ser humano: el amor, los valores morales, el sentido de la justicia y la sabiduría capaz de crear estados duraderos (ver I Ching, pp. 80 y 81).
“Toda etapa alcanzada se convierta a la vez en preparatoria para la siguiente, y así el tiempo ya no constituye un obstáculo, sino el medio para la realización de lo posible,” se aclara. Lo Creativo del Cielo origina todos los fenómenos condicionados por el tiempo mientras que su fuerza complementaria, Lo Receptivo de la Tierra, acoge dentro de sí el modelo predeterminado, le da forma espacial y hace posible que nazca.

Hexagrama 2. K’un: Lo Receptivo

(ver I Ching: pp. 86 a 91 y 477 a 489)

tierraEl trigrama TIERRA representa lo Receptivo, el principio primordial capaz de concebir las ideas provenientes de la energía Creativa para darles forma orgánica. I Ching describe las características de este principio en el hexagrama formado por dos trigramas Tierra. Es el hexagrama 2: K’un, Lo Receptivo. Además, en dicho hexagrama aclara de qué manera se complementan ambos principios primordiales, que se empezaron a llamar “Yin” y “Yang” en épocas posteriores al origen del Libro de las Mutaciones.
Lo Creativo es el Yang y lo Receptivo es el Yin. Uno no hace nada sin el otro, son dos fuerzas interdependientes que tienen cada una un papel bien definido. Lo Creativo conduce todo el acontecer, es aquello que engendra y dirige la acción, y nunca aparece en forma manifiesta. "La Tierra está quieta. No actúa por sí misma, sino que acoge constantemente los influjos del Cielo. Así se torna inagotable y eterna en su vivir (ver p. 480)."
Lo Receptivo es lo manifiesto, lo visible y tangible, es aquello que crea la forma, pero no la idea. Por eso, lo Creativo es el “uno” y lo Receptivo es el “dos”, no como ordenación jerárquica sino como reconocimiento del hecho de que la forma viene después de la idea. Ambos son primordiales para crear la materia viva.

Dice así: “En el estado quieto de clausura, lo Receptivo abarca todas las cosas como un enorme regazo materno. En el estado móvil del abrirse, lo Receptivo da entrada a la luz celestial que ilumina todas las cosas. Impulsado por la ley del Universo, lo Creativo transforma de modo recto y firme. A ello se debe la facilidad con la que logra lo duradero.”
El ser humano, igual que el planeta Tierra, es de condición Receptiva. Esto quiere decir que no podemos dar forma a nuestro ser sin antes abrirnos interiormente para recibir la información de lo Creativo. Para consultarnos, conocernos, desarrollarnos, aprender, superarnos y evolucionar nos entregamos instintivamente a la fuerza Creativa y ésta nos presta su ayuda desde el interior de cada uno (como el ADN lo hace desde el núcleo de cada célula). Dejándonos guiar por lo Creativo percibimos que estamos en “nuestro camino”, el camino de lograr pasito a pasito “una duradera concordancia con la gran armonía, el Tao”.

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