¿Qué hacer para vivir en paz?
¿Qué necesitamos para vivir en paz?
Afortunadamente, el vivir en paz no depende del mundo sino de nosotros mismos. Viviremos en paz siempre que podamos ser nosotros mismos y nos satisfagan las cosas que hacemos. Las cosas nos satisfacen siempre que experimentemos que nos renuevan y nos aportan energía y bienestar. Y nuestras vivencias traen paz siempre que podamos superarnos, aprender y evolucionar gracias a ellas.
Pero, con lo que está cayendo ¿cómo consigues poder hacer lo que te satisface?
De una forma tan sencilla que no solemos creérnoslo: guiándote por los sentimientos positivos y desenmascarando los sentimientos negativos en cuanto aparezcan. Dado que es la energía la que modifica la materia, la energía positiva por sí misma crea circunstancias favorables. Solemos pensar que hay que luchar y pelear para cambiar las circunstancias pero hay que amar y escuchar. Luchar y pelear hace que nos llenemos de sentimientos negativos por lo que emitimos ondas energéticas destructivas debido a las cuales se crean necesariamente circunstancias desfavorables.
Es difícil creernos eso porque parece imposible crear las condiciones que necesitamos para vivir en paz, si para ganarnos la vida dependemos de otros y de las circunstancias. No obstante, cuando reflexionamos sobre las condiciones esenciales que necesitamos para ello, mayoritariamente solemos darnos cuenta de que ninguna circunstancia impide que cumplamos con ellas.
Para poder ser uno mismo, tienes que guiarte en cada momento por lo que te sienta bien. Para encontrar y aumentar las cosas que te satisfacen, hay que vivir el presente y empezar por las cosas que te sientan bien en este momento, el camino se hace paso a paso dedicándote a ellas. Para renovarte hay que entregarte y compartir tus logros y tus alegrías; la energía y el bienestar vendrán por añadidura. Para superarte hay que afrontar cualquier sentimiento negativo que aparezca. Los sentimientos y pensamientos negativos son como estar montado en un caballo desbocado. Gastamos nuestra energía en controlar el caballo, pero éste va de un lado a otro sin llegar nunca a ninguna parte. Si te das cuenta de eso, puedes pararte, bajar del caballo y dar un paso atrás. Luego, al apartarte lo suficiente para observar, como si fuera una película, en qué consiste ese "caballo", podrás concentrarte y sólo observar de modo imparcial lo que hace ese sentimiento contigo (ver 5º círculo vicioso).
Desenmascarándolo, el sentimiento negativo se va y a su debido tiempo resolverás el problema que lo provocó y en cualquier circunstancia adversa encontrarás la forma para adaptarte sin traicionarte. Para aprender hay que escuchar y escucharte y reconocer los obstáculos. Para superarte es imprescindible ser sincero contigo mismo y respetar las propias limitaciones sin forzar nada.
Que la vida funciona así se puede aprender de muchas maneras diferentes. Personalmente, lo he aprendido gracias a los consejos de I Ching (para leer cómo explica él las razones por las que no debemos forzar nada, ver pp. 217-219 de mi libro). I Ching enseña que mientras luchemos con un problema, éste será el dueño de nuestra situación, y deja ver que sólo cuando reconozcamos y respetemos nuestras limitaciones, podremos superar los problemas con la ayuda de la fuerza vital de lo Creativo en nuestro interior.
Al reconocer el problema, lo entregamos a lo Creativo por lo que dentro de nosotros los nudos se van deshaciendo, igual que las moléculas se desintegran bajo su influencia. Si dejamos que lo Creativo haga su trabajo, recibiremos a su debido tiempo las indicaciones para dar forma a la “molécula” que necesitamos para resolver el problema. Esto será tan pronto como lo nuevo haya madurado en nuestro fuero interno y brote en nuestra conciencia.
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