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La función reguladora de comprometerse (Linfa)

Publicado el Martes, 12 Febrero 2013
Última actualización en Miércoles, 18 Marzo 2020

¿Qué es la linfa?  

Al recoger del medio interno del organismo lo valioso (proteínas) y lo nocivo (toxinas y bacterias), la linfa hace que el agua en el interior del cuerpo fluya libremente, los líquidos corporales se drenen y las células se nutran. Y puesto que todo en la vida funciona de una forma análoga, los datos que conocemos sobre la linfa “material” dan indicaciones para desentrañar las características de lo que podríamos llamar “linfa espiritual”. Daré aquí los datos más significativos para su aplicación a la organización de la convivencia humana, pero se puede encontrar más información sobre el sistema linfático en libros de fisiología, como por ejemplo el “Tratado de Fisiología Médica” (capítulo 16).
La linfa es un producto de la digestión y las únicas células (trabajadores) que contiene son los glóbulos blancos procedentes de los ganglios linfáticos (sistema defensivo). La base de la linfa la forman el agua y los ácidos grasos de cadena larga. Deriva del líquido “intersticial” (de los tejidos) que penetra en los capilares linfáticos. Por tanto, la linfa, cuando fluye al principio procedente de cada tejido, tiene casi la misma composición que el líquido intersticial. 
Este líquido es extremadamente importante porque las sustancias voluminosas, como las proteínas, no pueden reabsorberse de los tejidos de otra forma, ya que las “puertas” de los capilares del sistema venoso son demasiado estrechas. E incluso las partículas grandes como las bacterias pueden encontrar su camino a través de las “puertas” más anchas de los capilares linfáticos y penetrar en la linfa para ser llevadas a los ganglios linfáticos donde se destruye lo malo conocido mientras que células súper inteligentes (linfocitos B y T) investigan las sustancias e intrusos desconocidos a fin de desarrollar estrategias y sintetizar proteínas específicas (“anticuerpos”) para combatir invasiones de microorganismos perjudiciales.

Muy significativo es también, que las proteínas son compuestos de aminoácidos y que los mismos están formados por cuatro bioelementos fundamentales y un grupo variable según el cual se distinguen los 20 tipos de aminoácidos. Dichos bioelementos son carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, las sustancias más elementales de la vida terrestre. Por eso, los aminoácidos son las “herramientas” idóneas para adaptarse con garantía a las condiciones vitales en el planeta Tierra.
Los aminoácidos son los “ladrillos de los edificios” moleculares proteicos y como dichas moléculas se desintegran con facilidad, los aminoácidos se utilizan y se vuelven a utilizar continuamente para crear una infinidad de compuestos diferentes que poseen una gran diversidad de propiedades distintas (proteínas estructurales, de transporte, catalíticas, hormonales, de defensa, etc.) y desempeñan una infinidad de funciones diferenciadas en el organismo.
Debido a las funciones y aportaciones diferenciadas de los distintos órganos, hay grandes diferencias en la permeabilidad de los sistemas capilares en tejidos diferentes por lo que la concentración de proteínas en el líquido intersticial de los distintos tejidos varía mucho (ver Tratado de Fisiología pp. 207 y 208). Por ejemplo, la concentración de proteínas es muy baja en el cerebro (¡!) y en el líquido intersticial del músculo (1,5 g/dl), moderada en el tejido subcutáneo (2 g/dl), elevada en el intestino (3 a 4 g/dl) y muy elevada en el hígado (hasta 6 g/dl) y en el glomérulo renal (filtración de la sangre).
El sistema linfático es también una de las principales vías de absorción de nutrientes del aparato digestivo, siendo el responsable principal de la absorción de los lípidos (que forman, entre otros, el ingrediente base de la linfa, los ácidos grasos). Finalmente, casi toda la linfa va a parar al conducto torácico y se vierte en el sistema venoso. Y dado que alrededor de las dos terceras partes de la totalidad de linfa del organismo proceden normalmente del hígado y de los intestinos, la concentración proteica de la linfa torácica, que es una mezcla procedente de todas las áreas del cuerpo, es de 3 a 5 g/dl.
Así que, análogamente, la concentración de valores elementales (aminoácidos) y criterios humanos (proteínas) será también elevada en cualquier comunidad en que los miembros se comprometen recogiendo y compartiendo dichos valores y criterios. Y como los alimentos son análogos a las vivencias, y la digestión de los mismos determina la calidad de la linfa, la “linfa” que se produzca en cualquier tipo de comunidad humana, está relacionada con las lecciones que sus miembros han aprendido de sus vivencias y la experiencia que han adquirido en su profesión.

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Comentarios   

 
#1 Fran Cantó 08-01-2014 08:32
Querida Mariam, enhorabuena por este enriquecedor trabajo. Queda claro que la crisis en la que vivimos sumidos es de valores. Un beso
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