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Entender y fluir con la vida

Publicado el Martes, 11 Noviembre 2014
Última actualización en Sábado, 15 Noviembre 2014

Autora anónima

A la hora de comenzar este trabajo, me venían a la mente diversas situaciones de mi vida actual donde a mi parecer se reflejaban la acción de los hexagramas 51: Lo Suscitativo, 3: La Dificultad Inicial, y 29: Lo Abismal, por lo que en principio voy a centrar el trabajo en ir comentando los consejos y conclusiones que de cada uno de ellos pude y puedo aplicar a esos momentos concretos de mi vida y la de mi hijo.

EN MI VIDA:

HEXAGRAMA 51: LO SUSCITATIVO (TRUENO)

Este hexagrama lo he visto reflejado en varios momentos de mi vida y la de mi hijo. En el caso de mi vida, cuando terminé la carrera, y comenzaba mi andanza personal a nivel laboral, las condiciones laborales que se fueron desarrollando parecía que eran las deseadas pero poco a poco la situación se iba empeorando: más trabajo, más horas, y un tipo de veterinaria (esa es mi profesión) con la que yo no me sentía bien trabajando. Con esto me refiero  a que yo tenía la sensación de no estar ayudando realmente a mis pacientes, que realmente no los curaba, sino que simplemente se ponía un parche al síntoma que presentaban. Esto en un principio no lo percibía así, pero como comentaba, con el paso del tiempo, notaba que me iba mermando cada vez más, mi humor era cada vez peor, toda mi vida iba cada vez peor, y aunque tenía claro que el origen era ese, no era capaz de dar el paso de abandonar el trabajo y comenzar a trabajar de lo que realmente mi alma (mi fuerza Agua) me decía…hasta que el TRUENO apareció en mi vida, con un gran estruendo y conmoción.

Lo que ocurrió fue que enfermé, pero de tal manera que mi cuerpo se paralizó por una hernia discal y no podía moverme. Todo se desmoronaba a mi alrededor, pues aún quedaban coletazos en mi interior de esa responsabilidad que nos creamos de que no podemos faltar al trabajo, que no podemos descansar, etc. Esto me hizo agobiarme al principio, pero gracias a este Trueno, comprendí que había ocurrido por un motivo, comprendí que debía permanecer serena en mi interior y poner orden en mi vida, y que esta conmoción, y temblor, no fuesen más que para que reordenara mi presente de aquel momento y comenzara a actuar en acorde con la fuerza de Lo Creativo en mí (Hexagrama 51 y 29 respectivamente).

HEXAGRAMA 29: LO ABISMAL

Cuando leí por primera vez el nombre de este hexagrama me pareció súper acertado. Es totalmente gráfico que en el caso del hombre el alma, se encuentra como en un abismo, como en peligro, pues gran cantidad de humanos (pues el resto de seres vivos si viven casi todos en consonancia con su alma) viven como “desconectados” de su verdadero yo, de su yo interior, de su Esencia Vital.
En medicina china queda también muy bien explicado cuando hablamos del Jing o Esencia prenatal y de la Esencia postnatal. Ambas conforman la Esencia de cada persona, la base del Qi del resto del cuerpo. Esta base se nutre del Qi original que dirige y regula nuestro organismo desde nuestro interior más profundo, desde nuestra energía de Riñón- Agua.

En cuanto a la situación en la que yo he sentido que he conectado con mi Esencia vital, fue a raíz de la situación comentada anteriormente. Estuve durante meses ordenando mi vida, recapacitando, meditando…y cada vez que bajaba a mi elemento Agua a conectar con mi yo más interior, más real, y lo dejaba fluir, sentía que mi vida debía girar en torno a la medicina natural, que debía seguir ese camino. Y así hice, dejé fluir mi fuente interior sin miedo, sin inseguridad, y poco a poco esta fuente me ha ido proporcionando lo necesario para seguir en este camino.

HEXAGRAMA 3: LA DIFICULTAD INICIAL

Aún así, tras tomar la decisión, al principio no fue fácil. Aparecieron dificultades de diversos tipos, que en otro momento de mi vida me hubiesen hecho pensar que estaba equivocada, que esto no podía ser el camino correcto con tanto problema…pero sorprendentemente, permanecí serena y consciente de que necesitaría ayuda un tiempo, pero que analizando los problemas y deshaciéndolos poco a poco, se fueron resolviendo, sin dejar de trabajar, y llevando mi vida como realmente sentía que deseaba, y todo seguía fluyendo, siempre hacia lo positivo, hacia la mejora…

EN LA VIDA DE MI HIJO:

Este tema me resulta mucho más interesante pues al haber sido madre por primera vez hace sólo un añito, todo lo concerniente al desarrollo de Elián y su relación con nosotros y con el mundo, aplicado al I Ching,  me resulta apasionante.
He releído varias veces el apartado Metal de las necesidades en el ciclo del desarrollo de los niños (del libro: La vida es…), y estoy totalmente de acuerdo, paso a continuación a exponer mi visión acerca de ello.

Hoy en día la crianza de los niños por suerte, a mi parecer, está cambiando bastante, pero aún así todavía quedan costumbres  y formas de criar que considero insanas.
Desde el primer momento de su vida, como bien refleja el Elemento Metal (Trueno), ellos sufren ese temblor, esa conmoción, donde todo se derrumba y abre paso a un nuevo mundo. De hecho es el ejemplo para mí más claro, su nacimiento. Tras ello pasan de haber estado en el seno de su madre, totalmente arropados, mecidos por el constante movimiento de su progenitora, cantados por la voz y sonidos del cuerpo de la misma, tranquilos y sin alteraciones, a un mundo de abundante ruido, luces, estímulos, movimiento, etc. al que no están acostumbrados. Además como es sabido, los bebés humanos nacen mucho más inmaduros que los de otras especies, es por ello que deben aún más guiarse por las cualidades de este elemento, el Metal, es decir su instinto e intuición, los cuales son fácilmente visibles si observas el comportamiento de un recién nacido al que se le coloca junto a su madre (como siempre debería ser), el cual repta atraído por el olor del pecho de su madre, hacia el mismo, y  con el tacto, sentido que tiene más desarrollado al nacer, localiza el pezón, que será su fuente de alimento y comienza a alimentarse. Estando además piel con piel con su madre se ha comprobado que mantiene su temperatura corporal, frecuencias cardiaca y respiratoria, estables. Todo esto una madre lo sabe por instinto, quizá no le llame frecuencia cardíaca, pero sabe que su bebe junto a ella estará bien. Es por ello que es muy importante tener en cuenta los sentimientos y actitudes negativas para el desarrollo de las cualidades del elemento Trueno  donde deja claro que ese bebé debe sentir en todo momento arropamiento (y no me refiero a mantas, sino al calor y el arropamiento de una madre, o padre), atención, amor, a la par que un ambiente calmado, ordenado y unos ritmos en su vida (Hexagrama 51, Lo Suscitativo).

Yo a Elián desde pequeño lo he porteado, y he tratado de que me sintiera cerca en todo momento, que se sintiera seguro. Como comentaba anteriormente, aún coletean ciertas costumbres antiguas, que por antigüedad se consideran las adecuadas, pero a mi parecer no lo son, como la famosa frase “no lo tengas mucho en brazos que se acostumbrara”, etc... Es triste que haya madres tan poco conectadas con su instinto, con su faceta de madre de su Esencia vital que oyen llorar a su bebé estando en el carricoche y te llegan a decir que no lo cogen en brazos porque no deben pero que ellas lo cogerían, que sienten que sería lo mejor para el bebé,  ¡pero no lo hacen!
De hecho tuve otro dilema cuando él nació, y era el hecho de donde iba a dormir. Habíamos comprado una cuna de “colecho” (son las que están unidas a la cama). Yo anteriormente siempre había visto de modo negativo el que los niños durmieran con los padres de bebés, pues se suele decir que  “crea demasiado apego y que luego no quieren salir de la cama”. Así es que cuando nació, yo sí quería tenerlo cerca pero pensaba que era mejor para él que durmiera en su cuna. Pues de nuevo la experiencia, y dejar fluir mi agua interior y sobretodo escucharla, me hizo darme cuenta de que estaba equivocada. Estuvimos casi cinco meses intentando que durmiera en su cuna, pero cada vez que lo dejábamos lloraba y lloraba, en cuanto no me sentía u olía cerca lloraba, hasta que pensé y escuché como digo mi instinto, el cual me dijo claramente que si todos los mamíferos de otra especie duermen pegados al pecho de su madre los primeros meses, ¿por qué el humano iba a ser diferente? También tras un tiempo de reflexión pensamos que  la causa podía ser que su espalda (Yang, lo Creativo) más bien desprotegida a pesar de la funda que tenía para tapar los barrotes de la cuna, mientras que su barriga (Yin, lo Receptivo) estaba expuesta al exterior por lo que se abría interiormente y percibía (lo Receptivo) la lejanía de su madre, en vez de su cercanía (como pensábamos). Y al final pasó a dormir conmigo, su espalda pegada a mi cuerpo, y fue radical, comenzó a dormir perfectamente y en consecuencia también nosotros.

Ahora Elián ya ha cumplido un año y está comenzando a andar. Ya cuando hace un par de meses comenzó a gatear empecé a observar como entró en juego el Elemento Agua en su desarrollo vital. Ya quería explorarlo todo por sí solo, todo se lo llevaba a la boca pues era su modo de conocer las cosas, e interactuaba ya mucho más con el medio a su alrededor. Ahora que como comentaba comienza a andar, siento que el Hexagrama 29: Lo Abismal, tiene mucha razón en el hecho de darles la libertad necesaria pues esa agua interior suya, esa Esencia vital, como especie y como individuos pide a gritos fluir libremente, los ves como se caen y se caen, pero siguen levantándose al segundo, cómo cuando no consiguen una cosa lo intentan mil veces,... es admirable ver esto en ellos.
Yo intento del mismo modo en esos momentos permanecer a su lado, que me note ahí, que si me pide ayuda se la daré pero intento no interferir en exceso. De hecho ayer estaba un familiar en casa y vi como iba con él andando pero lo agarraba de la camiseta. Le intenté explicar que mejor no lo hiciera así, que lo dejara libre a la hora de caminar ( estaba en una zona llana además sin peligro), pues esta persona lo agarraba por miedo a que se cayera, y eso es justo lo que yo no quiero que él perciba ese miedo. Creo y además lo veo a diario en él, que debe ser él quien sepa cuando avanzar más o no, y ves perfectamente que cuando está cansado o ya no mantiene bien el equilibrio vuelve al gateo sin problema.
Además relacionado con esto me viene a la mente el caso de una niña que me comentaron hace poco cuyos padres cuando comenzó a andar la llevaban con un arnés y correa para evitar, cuando iba a caerse hacia adelante, que lo hiciera, y para ello tiraban de la correa. Lo que ocurrió era de esperar, cuando le quitaron el arnés a la niña y la dejaron libre: cada vez que se caía de frente se daba con la cara en el suelo, porque no habían permitido que aprendiera a que cuando se cae uno hacia delante, instintivamente pone las manos antes para no darse en la cara. Esta niña apenas se había caído y no había aprendido eso. Esto para mí son los peligros que en el libro se comenta que son mayores que los que por sí solo pueda correr.

Por todo ello considero que es muy cierto y real además de fácilmente observable lo que I Ching explica respecto a las fases y necesidades en las distintos ciclos de desarrollo de los niños, quedando para mí una frase resumen muy buena para los padres sobre la actitud a mantener en las primeros meses de nuestros hijos: “mantener una gran serenidad unida a una profunda sinceridad interior”.

Autora anónima

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