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El orden de la vida

Publicado el Jueves, 19 Julio 2012
Última actualización en Jueves, 03 Enero 2013

Al contrario del orden del mundo, el orden natural de la Vida es claro y lógico. Mediante sistemas simples, la inminente animación orgánica (mecanismos basados en leyes universales) consigue efectos renovadores, armonizadores y vitalizadores basados en una dinámica que produce por sí misma la capacidad de auto-abastecimiento, auto-organización, auto-regulación, autocorrección y auto-regeneración.

Acostumbrados al orden del mundo con sus sistemas complicados y con su dinámica errática e incontrolable, cuesta reconocer cómo es el orden de la vida. Pero cuando logramos explorar el orden natural sin prejuicios o cuando investigamos científicamente cómo funcionan los sistemas naturales, nos quedamos maravillados por su sencillez y eficacia y por los mecanismos de autogestión que poseen.
Cuánto más profundizan los científicos en la investigación de los procesos naturales, más se maravillan de lo simple que son los mecanismos que modifican incluso los fenómenos más complejos y asimismo los mecanismos que determinan la formación diferenciada y la evolución paulatina de seres con funciones cada vez más complejas. Una y otra vez se revela que los sistemas que la Vida utiliza para organizarse y lograr la cohesión de la infinidad de diferentes formas de vida, son simples y lógicos.
Por ejemplo el estudio de la genética muestra que hay un grupo universal de genes que forma los cuerpos de los animales. Dichas investigaciones enseñan que la Vida “trabaja” con determinados “paquetes de información” y que los utiliza de maneras nuevas y diferentes para crear combinaciones diferenciadas, sin tener que inventar nada nuevo para dar forma a la variedad inmensa de criaturas diferentes. Asimismo se sabe que el mecanismo genético que modifica la “receta” que modifica los cuerpos, es también sorprendentemente simple.

Como hemos visto en los artículos 2 a 7 del bloque Dinámica Vital, según I Ching y según la experiencia de la Medicina Tradicional China, las aportaciones de los cuatro Elementos activos (Agua, Fuego, Madera y Metal) constituyen los “paquetes de información” de los que la Vida se sirve para transformar la energía vital en materia viva (Elemento Tierra), formándose así todo tipo de “manifestaciones materiales de la energía del Tao”, como por ejemplo los océanos, el suelo terrestre, los ríos, las montañas, los bosques y las plantas así como las criaturas que viven gracias a las aportaciones de los primeros.
Además, la Vida se sirve de las aportaciones de los Elementos activos para salvaguardar el equilibrio Yin-Yang que es imprescindible para que la vitalidad de dichas manifestaciones materiales se reengendre constantemente. Y gracias a la información del I Ching sobre las fuerzas vitales Agua, Fuego, Viento y Trueno conocemos las características elementales de cada uno de estos “paquetes de información” para el desarrollo emocional-mental de los seres humanos.
Basándose en el principio Yin-Yang y en la dinámica entre los Cinco Elementos, los médicos chinos desentrañaron hace miles de años cómo funciona el cuerpo humano. Partiendo de la conducta, las características y las aportaciones de las fuerzas primordiales agua, sol, viento y trueno en el planeta Tierra, dedujeron cuáles eran las funciones globales de los órganos internos. E hicieron esto con tanto acierto que la información aportada por la fisiología moderna no contradice dicha visión global sino que especifica cómo se ejercen estas funciones concretamente. 

La fisiología enseña el orden natural de la Vida

Habiendo reconocido que no sólo el cuerpo sino cualquier otra unidad de vida material mantiene su vitalidad debido al principio Yin-Yang y a la dinámica de los Elementos en el Ciclo Cosmológico, me di cuenta de que la fisiología global de la medicina china podría servir de modelo práctico para encontrar un sistema coherente y eficaz para organizarnos de acuerdo con el orden de la Vida. En nuestro cuerpo se ejercen las mismas funciones globales que en cualquier otra comunidad. Podríamos aprovechar el estudio de los antiguos médicos chinos para organizarnos de acuerdo con las funciones correspondientes a los cinco órganos principales y aprender del funcionamiento fisiológico cómo ejercer estas labores de manera que los diferentes órganos interactúen entre sí fomentando que todos se aprovechen del trabajo de los demás sin entorpecer nunca las funciones de ningún otro (siempre que perdure la salud).
Nosotros cumplimos con las mismas funciones globales que el cuerpo; en cualquier familia, escuela, tienda o empresa se cumple con las funciones directivas, ejecutivas y logísticas de los órganos correspondientes a los Elementos Agua, Fuego y Metal y cumplimos también con las funciones creativas, metodológicas y divulgativas del órgano correspondiente al Elemento Madera. Y las personas (Elemento Tierra) que ejercen dichas funciones en cualquier organización humana, sostienen ésta con su capacidad de autorrealización (estado Lago) y de reflexión (estado Montaña), igual que el sistema digestivo -que corresponde al Elemento Tierra- alimenta a los órganos vitales y, mediante estos, al cuerpo entero.
Reflexionando sobre ello, es evidente que para realizar cualquier cosa hay que cumplir siempre con las mismas funciones globales. Y resulta que el modelo fisiológico global muestra una visión clara de las labores correspondientes a las diferentes funciones esenciales y que la fisiología moderna aporta una gran cantidad de demostraciones detalladas que enseñan los principios vitales implicados en la activación de los mecanismos que mantienen la salud y la coherencia del cuerpo y, por analogía, de cualquier otra comunidad orgánica.
Observando el funcionamiento de los sistemas orgánicos, uno se da cuenta de cuáles son los secretos que explican la capacidad de autogestión de la Vida. La fisiología enseña los principios vitales que activan los mecanismos de regulación y de nutrición que mantienen el equilibrio Yin-Yang que la Inteligencia de la Vida necesita para mantener el rumbo y la cohesión del cuerpo. Así que, en cualquier otra comunidad los mismos principios deberían también activar automáticamente los mecanismos naturales de regulación y de nutrición inherentes al orden de la Vida.

Se puede aplicar la fisiología global de la medicina china al funcionamiento del mundo

Para aplicar la fisiología global de la medicina china a la organización de la comunidad humana, me he basado en los datos de la fisiología moderna sobre los mecanismos que se activan en los sistemas orgánicos. Y cuando intenté aplicar este modelo de organización del cuerpo a la sociedad, resultaba ser sorprendentemente fácil encontrar las analogías y revelar los paralelismos entre ambos.
Cuando estudias los sistemas orgánicos del cuerpo humano desde la óptica integral del principio Yin-Yang y de la dinámica entre los Cinco Elementos, es posible observar y comprender tanto global como detalladamente cuáles son los principios universales que mantienen el rumbo y la cohesión de un organismo tan sumamente complejo como es el cuerpo. Y una vez que hayas tomado conciencia de dichos principios, te darás cuenta del hecho de que las organizaciones que respetan estos principios, fomentan sin proponérselo que sus miembros descubran por sí mismos lo que tienen que hacer para mantener el rumbo y la cohesión tanto personalmente como con respecto a sus labores para esta organización, ya sea en la vida familiar, social o laboral.
Dándote cuenta de cómo se comporta la Vida cuando te diriges por estos principios, se hace evidente más allá de cualquier opinión personal, cuáles son los principios universales que deberían guiar también a los líderes políticos para obtener así la capacidad de dirigir la vida estatal de manera que el mundo encuentre su rumbo y cohesión.