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El tío del saco

Publicado el Viernes, 10 Octubre 2014
Última actualización en Lunes, 10 Noviembre 2014

Autora: Mariola Soler

El libro "La vida es..." ha sido todo un descubrimiento para llegar a comprender mejor el I Ching, y una valiosa herramienta para todo aquel que le interese conocer el arte de la vida y el amor incondicional que nos brinda. Mientras, nosotros mal interpretamos como castigo aquello que puede sernos no sólo útil para vivir, sino el camino que nos lleve de vuelta a casa, al encuentro con nuestro ser.
La experiencia de vida que aquí relato, la saqué de un polvoriento baúl que tenía en un rincón de mi memoria y que gracias al estudio con Marian del I Ching, pude darle claridad y rememorar algo que ya tenía casi olvidado: El tío del saco.

Resulta paradójico experimentar, que el temor y la sobreprotección que una madre pueda tener para con sus hijos, pueda llegar a materializarse en su contra. Tanto es así, que su afán de protección me hizo volar lejos del núcleo familiar, movida por una fuerza divina que era mayor que yo.

La distancia entre el cielo y la tierra que dice el I Ching, podría ser la misma distancia que podía haber entre esa madre protectora y esa hija en busca de libertad. Distancia que se hace necesaria para que las cosas se pongan en su sitio y los elementos recorran su trayecto natural. El trayecto del Trueno al Agua. Y es que, no tenemos escapatoria, el inefable poder de la palabra y el pensamiento van tejiendo nuestras vidas. Las leyes del universo no se detienen y la naturaleza sigue sus maravillosos movimientos como si se tratara de una perfecta orquesta al compás de los latidos del corazón de cada uno de nosotros. La buena noticia es que, también el amor se materializa y con ello la danza de la vida surge. Justo donde aparece el elemento Agua.

Según el I Ching, los temores necesitan ser subsanados y comprendidos con una profunda serenidad conectándonos con el Agua. Atemorizar a un niño para mantenerle cerca de su madre, no funciona. Precisamente todo lo contrario. El trayecto que recorre el Trueno (Metal) al Agua, sería el mismo que ese movimiento de cimientos dentro del núcleo familiar a la hora de afrontar la separación. La toma de decisión de poner distancia de por medio para desarrollar la creatividad, el ser. Justo aquí, un fuerte Trueno sacude nuestros corazones. La Dificultad Inicial (hexagrama 3, formado por el trigrama Trueno, abajo, y el trigrama Agua arriba) aparece, los comienzos son difíciles, pero la distancia es necesaria para desapegarse de las influencias del entorno y llegar a la realización individual.
En definitiva, el amor incondicional que toda madre debe a sus hijos también aquí se materializa más tarde, con la comprensión de las cosas.

El tío del saco fue para mí toda una aventura, comenzando con el desasosiego que puede causar en una niña la incomprensible idea, de lo que haría un despiadado hombre coleccionando niños. Pero cuantas veces el Trueno vuelve a sacudir sus cimientos y se vuelve a tambalear la paz interna de los niños con nuevas medidas de protección.
El temor puede quedar en un niño para siempre, si no se resuelve con la templanza y serenidad que requiere el Trueno.
Como cuento en mi relato "El tío del saco", el encuentro con los titiriteros hace que de mi corazón nazca un deseo, el de vivir haciendo lo que me gusta, a la par que descubro el mundo y el comportamiento de sus habitantes. Esto sincronizará con el conocimiento a mi misma. De donde vengo y a donde voy. Después de comprender el sentido de las cosas, el trayecto Trueno-Agua me devuelve a mi origen.
Conforme va sucediendo todo, se van amainando las aguas y fluye la vida. El elemento Agua aparece, y con él, esa adecuada conducta si se es fiel y leal a sí misma. No me separo de mi esencia, y el éxito llega, cuando se llega a ser dueño de la situación.

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Hay una manera de no quedar atrapado. Y la clave es transmutar. Transmutar el miedo en amor y el dolor en paz. Todo, todo, se origina de aquí. El I Ching me ha aportado comprensión a estas herramientas que todos tenemos dentro. Esa fuente de creatividad que es el elemento Madera alimentado por esa fuente de vida que es el elemento Agua, hace resurgir el elemento Fuego para poner conciencia en nuestros pensamientos.
Por favor, no proyectemos sobre los demás nuestros miedos, pensemos que al hacerlo, estamos contagiando y propagando la peor de las plagas que existe en el mundo. Y los niños se contagian fácilmente de absolutamente todos los residuos de los demás, altamente tóxicos.

"EL TIO DEL SACO"

Tendría 6 o 7 años y vivíamos en la huerta, cerca del río. Era normal que todos los niños jugaran en la calle. Venía de una familia de clase media y conservadora, como casi todas, de educación católica, apostólica y romana. La moral y el temor a veces se hacían más notorios de la cuenta. Crecí en un ambiente emocionalmente tenso. Mi madre a veces, se desbordaba con su sentido de la protección. En aquellas noches de primavera, el barrio vivió atemorizado por un desconocido que deambulaba en la oscuridad asustando sin contemplación a todos los niños. Aunque esto en pocos días quedó en agua de borraja, los padres seguían manteniendo a sus hijos sin salir en cuanto se iba la luz del día. Mi madre me contaba que el tío del saco se llevaba a los niños y los hacía desaparecer. No me permitía bajar las escaleras de casa entrada la noche. Era tanta su insistencia que yo no entendía con qué objetivo un hombre iba acumulando niños y niños como si fueran una colección. Esta preocupación que mi madre me transmitía era cada vez más intensa. Yo era una niña demasiado curiosa como para quedarme sin hacer nada, y sobre todo sin entender ¿Qué hacía el tío del saco con tantos niños..?

Una noche mientras mi madre estaba afanada en la cocina haciendo la cena, abrí la puerta y bajé las escaleras, casualmente vi a mi primo en la calle, él era de mi misma edad, y le pregunté que si él había visto pasar al tío del saco y me dijo que no, y yo decía, pero si no puede ser... Volví a casa rápidamente antes de que mi madre pudiera darse cuenta de que había salido. Pasaban las noches y no dejaba de darle vueltas a este tema, ¡Tenía que resolver la incógnita del tío del saco!. Yo me sentía impotente sin comprender nada de nada... Cuando le volví a preguntar a mi madre sobre este terrorífico hombre, me decía que iba vestido de negro y que a los niños que llegaban tarde a su casa se los llevaba por no hacer caso a sus padres, los metía en el saco y desaparecían. Le pregunté esto a qué hora pasaba y me dijo que este hombre malvado siempre pasaba a las nueve de la noche por todas las casas. Este dato me puso en estado de alerta..!. Tenía que estar a la noche siguiente preparada para ver a este hombre. Una mezcla de emociones se apoderaban de mí, pero al mismo tiempo sentía algo que me hacía dar el paso con cierta seguridad, no sé de donde salía esta fuerza interna, pero estaba ahí, conmigo...

Al día siguiente, me quedé jugando más tarde que de costumbre, esa noche estaba preparada para resolver mi mayor duda. Tal vez, incluso podría rescatar a algunos niños, o tal vez, podría ir con ellos y descubrir donde viven... Todas estas ideas se me pasaban por la cabeza como un cóctel de emociones que al mismo tiempo me impulsaban a descubrir las cosas. Era tan imaginativa que había imaginado todas las posibilidades existentes, la curiosidad me impulsaba... Se acercaban las nueve de la noche y me debatía entre el castigo que mi madre me impartiría por llegar tarde, y mi gran descubrimiento.
Tenía que verle...así que me senté en la puerta de mi casa a esperar a que pasara el tío del saco. Esperaba y esperaba y el hombre de negro no llegaba...yo estaba inquietante. La puerta de mi casa se encontraba justo en la plaza del barrio y casualmente acababa de llegar unos ambulantes titiriteros, que iban haciendo teatro y marionetas de pueblo en pueblo. Los vecinos rápidamente cogían sus sillas y se iban sentando para ver a estos itinerantes. Yo también me doy prisa en coger un sitio para ver el pequeño espectáculo, al ser un evento familiar, las madres fueron más permisivas con el horario esa noche. Me quedé maravillada con las marionetas y el pequeño teatrillo que llevaban. Me gustaba mucho que estas personas tuvieran este trabajo. De repente me sentí interesada por sus vidas...y al finalizar la obra de teatro, los actores se iban a la parte de atrás de la furgoneta y allí se cambiaban de ropa. Escuché a algunas mujeres decir que eran ambulantes gitanos, pero se ve que a mí eso no me hizo cambiar de idea. Así que, cuando todos se disponían a recoger sus sillas, fui hacia la furgoneta, y mi gran sorpresa fue ver a un hombre grande vestido completamente de negro, entonces, rápidamente me di cuenta de que era el hombre del saco...!! Vi que había otros niños en la furgoneta, entonces sin más demora, le pregunté directamente, que qué hacía con los niños y por qué se los llevaba, me respondió que iban todos juntos haciendo teatro por los pueblos y que así era como vivían.... Observé que se les veía contentos.... Le pregunté si entonces, era el hombre del saco o no, pero él simplemente me dijo: "¿qué hombre del saco...?"
Le conté lo mucho que me había gustado lo que hacen y le pregunté también si yo podría hacer lo mismo que ellos... Me dijo que por supuesto que podía, y que si quería podría ir con ellos y me enseñarían. (Conociendo a mis padres, esta idea, la desestimé...) Pero esa noche, fue una gran noche para mí..! en vez de una, resolví dos grandes cosas en mi vida..! que no había tal hombre del saco, y que quería hacer teatro para poder viajar por todos los pueblos. Así que empecé a tener mucha, mucha prisa por crecer..! y así, poder hacer mi sueño realidad.

Cuando me hice lo suficientemente mayor, cogí mis cosas, ropa y algunos ahorros y me fui a descubrir el mundo, a viajar y vivir en otros países. Lo que realmente me gustaba hacer, era experimentar, descubrir todo aquello por lo que mostrara interés, gente de otras culturas, hábitos diferentes, formas de ver el mundo distintas...en fin... Vivir la vida como una gran aventura. Así que pasé quince años de mi vida en otros lugares del mundo, haciendo teatro y desarrollando las artes escénicas, la voz y el movimiento. En definitiva, mi parte creativa; recorriendo lugares maravillosos y teniendo la vida que de pequeña había soñado tener.
A veces, una absurda creencia puede llevarte a descubrir tu esencia, y hacer del temor tu mayor herramienta. Pero lo más importante es tener la curiosidad que te lleve a comprobar por ti misma todas las cosas, las absurdas y las no absurdas, porque de todas, se saca una gran lección de vida.

Esta ha sido la mía, así la he vivido y así la he contado. Todos los sueños se pueden hacer realidad, sólo hay que atreverse y vencer al miedo.

Vencí muchos temores a lo largo de mi camino, muchas experiencias de peligro y situaciones de verdadero riesgo, no me paralicé por ello, pero el que más cuesta vencer de todos, es enfrentarse a uno mismo. Vencer esto, conduce directamente a la unidad con el todo.

Por el camino no me encontré a ningún hombre del saco, y con el tiempo descubrí que el temible hombre del saco somos nosotros mismos, cuando dejamos encerrado a nuestro niño interior, y le prohibimos salir al exterior.

Mariola Soler.