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6. El ritmo de inspiración y realización

Publicado el Domingo, 24 Noviembre 2013
Última actualización en Domingo, 15 Diciembre 2013

El Libro de las Mutaciones dice que la vida es "la viviente manifestación de la energía del Tao", como hemos visto en artículo 2. "El uno se divide y se vuelve dos. El dos se une y se convierte en uno. Lo Creativo y lo Receptivo se unen y constituyen el mundo." La energía se transforma en materia y ésta se transforma en energía. Transformándose continuamente la una en la otra, la energía y la materia impulsan un movimiento circular que es el fundamento de la vida del universo, dice I Ching. Dicha dinámica se denomina el principio Yin-Yang, la interacción constante entre lo Creativo y lo Receptivo que posibilita la creación y la evolución de la materia viva.

"El mundo de abajo", la Tierra, es corporal y depende en sus movimientos de los fenómenos del Cielo. Como dice un texto muy antiguo (ver I Ching p. 359, § 6): "El espíritu mora misteriosamente en todos los seres y actúa a través de ellos". I Ching explica que el espíritu actúa mediante lo Creativo, la fuerza primordial procedente del Cielo que penetra en los seres vivos donde moviliza la materia orgánica y dirige las transformaciones de modo que la vida se vuelve a engendrar constantemente, en cualquier manifestación corporal de la energía del Tao y en cualquier expresión orgánica de la vida (ver bloque Dinámica Vital, artículo 3).
Para entender la dinámica primordial que se visualiza mediante la imagen del principio Yin-Yang, tenemos que tener en cuenta que dicho principio está basado en la convicción de que la vida se fundamenta en un movimiento circular del universo. El movimiento circular crea formas esféricas, por lo cual el símbolo que representa la dinámica vital, tiene que ser tridimensional. De ahí que para entender la interacción dinámica entre lo Creativo y lo Receptivo, hay que visualizar dicho símbolo, llamado "Tai Ji", en tres dimensiones.

yin

Así que, el dibujo del principio Yin-Yang muestra una dinámica que tiene lugar dentro de una esfera. Dicha imagen representa la Ley del Universo (ver art. 4 y 5) que determina las normas de la interacción entre lo Creativo (Yang) y lo Receptivo (Yin). Dentro de la esfera, dichos principios universales interactúan entre sí complementándose. La parte blanca simboliza lo Creativo ("el uno"), es el principio espiritual y energético que inspira, moviliza y transforma la materia; la parte negra simboliza lo Receptivo ("el dos"), representa el principio terrenal y material que concibe el proyecto diseñado por lo Creativo y lo realiza dándole una forma concreta y física.
La ola en el centro del Tai Ji que separa ambas partes, sugiere el movimiento de arriba-abajo y de abajo-arriba entre lo energético que sube y lo material que baja. El punto negro en la parte Creativa simboliza la inspiración que surge, manifestándose, en el centro de la actividad transformadora de lo Creativo. Es la simiente de aquello que va a tomar forma en el lado derecho del símbolo. Visualizando una esfera, observamos que es la punta de la "cola" negra que se desarrolla ahí de arriba hacia abajo. La idea Creativa penetra en el ser cuya condición Receptiva es capaz de percibir y materializar el proyecto que se desarrolla siguiendo el hilo de la inspiración.
Cada vez que acabamos de realizar una parte del proyecto Creativo, lo Receptivo en nosotros extrae de ella lo esencial y entrega la energía de lo realizado a lo Creativo del Cielo, ofreciéndolo a la fuerza Creativa del mundo que lo vuelve a transformar, por lo que las aportaciones del entorno van a inspirarnos junto con lo Creativo en nuestro interior. Lo esencial es el punto blanco en la parte Receptiva, simboliza aquello que induce la actividad Creativa en el lado izquierdo de la esfera y posibilita que los seres vivos se renueven, se vitalicen y evolucionen.

Ambas partes se complementan, lo Creativo alimenta a lo Receptivo y lo Receptivo alimenta a lo Creativo. Uno es la razón de ser del otro, por lo que entre ellos surge una dinámica de ir y venir que se realimenta continuamente:
- Lo Receptivo de la Tierra realiza un proyecto diseñado por la fuerza Creativa del Cielo (*).
- Para materializar este proyecto en la Tierra, lo Receptivo se guía por las indicaciones que surgen del punto negro que se produce en el centro de la actividad transformadora de lo Creativo del Cielo (**).
- Para realizar el proyecto, lo Receptivo se entrega a las intenciones de lo Creativo, preguntando y escuchando, dando y recibiendo, creando y ofreciendo (***).
- Lo Receptivo se dedica a la formación material y, guiándose de dicha manera por las indicaciones de lo Creativo, logra crear una gran diversidad de materia orgánica que entrega al cuerpo, posibilitando así que el organismo se regenere y regule sus funciones. Luego, estas funciones orgánicas -al abrirse a las transformaciones energéticas de lo Creativo- hacen que el cuerpo se vitalice (****).
- De forma análoga ocurre en el ámbito emocional, mental y espiritual. Siendo Receptivos y dedicándonos a nuestra vocación de realizarnos, compartimos lo esencial de nuestro esfuerzo con el mundo, posibilitando así que los destellos de nuestro ser renueven el mundo y actualicen nuestra comunicación con los proyectos de lo Creativo. De este modo el principio Receptivo hace posible que lo Creativo del Cielo regenere y vitalice la Tierra y sus habitantes, y que lo Creativo vuelva a inspirarnos emocional, intelectual y espiritualmente.

Aclaraciones
(*) Dice I Ching (p. 80): "Grande en verdad es la fuerza original de lo Creativo, todos los seres le deben su comienzo. Y todo el cielo está compenetrado de esta fuerza." Y (p. 373): "Lo Creativo actúa en lo invisible y su campo es el espíritu, el tiempo; lo Receptivo actúa en la materia distribuida en el espacio y consuma las cosas hechas, espaciales."
(**) I Ching (p. 463): "Lo Creativo obra mediante la modificación y la transformación, a fin de que los seres individuales reciban sus determinadas formas, y logren duradera concordancia con la gran armonía."
(***) I Ching (p. 81): "Como camino hacia el logro aparece aquí el reconocimiento y la realización del sentido del universo que, en cuanto ley perenne, y a través de fines y comienzos, origina todos los fenómenos condicionados por el tiempo. De este modo toda etapa alcanzada se convierte a la vez en preparatoria para la siguiente, y así el tiempo ya no constituye un obstáculo, sino el medio para la realización de lo posible."
(****) El proceso de la constante modificación y transformación se observa claramente en las reacciones bioquímicas que forman parte de la biología de cualquier ser vivo. El organismo se regenera, se vitaliza y se regula gracias a la gran versatilidad funcional de las innumerables combinaciones moleculares, la gran movilidad de sus componentes y la gran sabiduría de los procesos naturales.

La dinámica del principio Yin-Yang enseña la relación del surgimiento mutuo que existe entre la energía universal y la materia viva. Es lo que se llama en fisiología un sistema de "feed-back", un sistema de realimentación. La energía del universo se transforma en materia viva, ésta se transforma en energía orgánica y la misma se transforma otra vez en energía cósmica. E igual que hay una dinámica Yin-Yang entre la energía y la materia, así también el cosmos y el mundo se relacionan mediante una dinámica Yin-Yang. De ahí el trasfondo común y la armonía intrínseca que determinan la relación entre el macrocosmos y el microcosmos.

Los regalos de lo Creativo

Al expresar nuestras dudas, respetar nuestras limitaciones y plantearnos todo tipo de cuestiones, nos realizamos y nos superamos desarrollando nuestros dones y potencialidades. Respetando nuestras limitaciones y preguntándonos cosas, hacemos que en nuestro interior los recuerdos y conocimientos se activen y se reorganicen y, manteniéndonos concentrados y atentos, surgen además cosas nuevas de la "nada" donde reina lo Creativo del Cielo, junto con una selección sorprendentemente congruente y eficaz de conocimientos antiguos.
Evolucionamos sobre todo gracias a los regalos que recibimos de dicha energía del universo. La energía Creativa brota en nuestro interior, abriéndose como si fuera una flor que enseña sus pétalos, uno por uno. Si nos preguntamos de corazón algo y profundizamos, la “flor” nos mostrará sus “pétalos”, uno tras otro, hasta que dejemos de preguntar. Y hasta lo infinito seguirá mostrando más y más "pétalos" siempre que preguntemos.
Son auténticos regalos, aunque no son gratis. Para encontrarlos hace falta querer solucionar una cuestión, abrirse hacia lo Creativo y respetar la dinámica del principio Yin-Yang. Para eso hace falta tener paciencia, confianza y fe. Siendo impacientes, temerosos y controladores corremos el riesgo de que el ego tome el mando, escondiéndose detrás de la supuesta objetividad y racionalidad de la mente (ver Círculos Viciosos). Esto, lo explica I Ching así en el Libro de las Mutaciones (p. 480): "Si lo Receptivo quisiera avanzar por sí mismo, se desviaría de su índole natural y perdería el camino. Al entregarse y seguir a lo Creativo alcanza la posición duradera que le cuadra."

La vitalidad del "tres", la materia viva

Interactuando entre sí, la unión de lo Creativo y lo Receptivo produce "el tres", la materia viva, en cuyo interior la vida se vuelve a engendrar constantemente gracias al principio Yin-Yang. Sin embargo, si se altera la interacción fluida entre lo Creativo y lo Receptivo, la materia pierde vitalidad por lo que el espíritu (lo Creativo) sufre y el cuerpo (lo Receptivo) enferma. Y también el planeta sufre y enferma cuando pierde el equilibrio Yin-Yang, entre otras causas debido a la destrucción de los bosques tropicales que son el Pulmón de la Tierra. Los síntomas de intentar reequilibrarse, los sufrió la Tierra por ejemplo el pasado 8 de noviembre cuando un devastador tifón arrasó varias islas Filipinas.
Para hacer que cualquier materia viva mantenga el equilibrio Yin-Yang, lo Creativo tiene cuatro ayudantes. Son las fuerzas de la naturaleza cuyas cualidades causan las corrientes energéticas que producen diferentes circunstancias variables, determinando las condiciones espacio-temporales en la Tierra. El Trueno (Elemento Metal) crea la corriente electromagnética y los Elementos Madera, Agua y Fuego crean las corrientes de aire (Viento), agua y calor.
Gracias a las condiciones espacio-temporales creadas por las aportaciones de dichas fuerzas, el planeta se regenera, se autorregula y se organiza, por lo que los diferentes ecosistemas son capaces de mantener su equilibrio ecológico y climatológico, las diferentes especies son capaces de adaptarse a las condiciones medioambientales y mantener el equilibrio alimenticio en su hábitat (Tierra); y los seres humanos aprendemos a cuidar del equilibrio medioambiental y mantener el equilibrio sustento-laboral (Tierra), espiritual-humano (Agua), emocional-mental (Fuego), social-fisiológico (Viento/Madera) y energético-económico (Trueno/Metal) en nuestras vidas y en la sociedad y el mundo.