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7. La génesis de los Cinco Elementos

Publicado el Sábado, 19 Octubre 2013
Última actualización en Domingo, 15 Diciembre 2013

La obra de medicina más antigua que ha llegado a nuestros tiempos, procede de China y fue escrito en el siglo V a.C. Se conoce dicha obra como “el Su Wen” y contiene las respuestas de unos sabios a las preguntas del Emperador Amarillo, “Hoang Ti”. Voy a citar unas respuestas del sabio Kwei-Yee-Chu para ubicarnos en esa época remota cuando floreció la medicina en China. En el capítulo 66 Kwei-Yee-Chu dice por ejemplo: “La circulación de los cinco elementos, y el yin y el yang son el camino del cielo y la tierra; son los grandes esquemas de todas las cosas, el origen de la mutación, la raíz y el principio del nacimiento y la destrucción, la residencia de los dioses. ¿Quién puede permitirse no conseguir comprender estas cosas? (…) Por consiguiente, lo divino se convierte en energía en el cielo y en forma física en la tierra; la interacción de la forma física y la energía se transforma para generar todas las cosas.”

Un par de preguntas y respuestas más del mismo capítulo:
El Emperador Amarillo preguntó: “¿Podría decirme cómo se turnan los cinco elementos para reinar en las cuatro estaciones?”
Kwei-Yee-Chu contestó: “Los cinco elementos se turnan para gobernar no sólo en las cuatro estaciones, sino también en un año y en un día y en una hora.”
El Emperador Amarillo preguntó: “¿Cómo se turnan en el gobierno?”
Kwei-Yee-Chu contestó: “He consultado el Clásico Antiguo de la Circulación de las Energías celestes, que contiene las afirmaciones siguientes: los cielos son la infinidad originada a partir de la energía original que da lugar a todas las cosas. Los cinco elementos se turnan para gobernar durante todo el año, propagando la energía del cielo al alma verdadera y rigiendo la gran tierra como soberanos. Las nueve estrellas brillan y las siete fuentes de luz (el sol, la luna y los cinco planetas) circulan. Por consiguiente, hay Yin y Yang, hay suavidad y dureza; de forma que el hombre y lo divino tienen sus respectivas posiciones, y el frío y el calor estival tienen su naturaleza relajante y expansiva, de forma que la generación y la transformación prosiguen indefinidamente, lo cual da lugar a la vida de todas las cosas. Esta teoría se ha transmitido durante diez generaciones.

En el Libro de las Mutaciones viene una figura gráfica que visualiza cómo la incesante interacción entre el Cielo (lo Creativo) y la Tierra (lo Receptivo) genera las fuerzas naturales que constituyen el mundo. Según la tradición, dicha figura se atribuye a Fu Hsi, fundador de la dinastía Xi o Hsi (2205-1767 a.C.), y es conocida bajo el nombre Ho T'u, el plano del Río Amarillo (ver p. 397 del I Ching).
En varios hexagramas I Ching habla del significado del color amarillo. Por ejemplo, en el hexagrama que trata de la obtención de claridad (nº 30: Lo Adherente), comenta en la línea “seis” del 2º puesto que el amarillo es el color de la medida. Los sabios que hicieron el Libro de las Mutaciones buscaron “la medida de Cielo y Tierra”, como hemos visto en la introducción de este bloque de artículos. Buscaron dicha medida para desentrañar las leyes a las que la vida está sujeta, y I Ching dice en el hexagrama 2: Lo Receptivo (línea “seis” en el 5º puesto), que el amarillo es el color de la tierra y del centro, y que es el símbolo de lo confiable y de lo auténtico. Así que, “Río Amarillo” bien podría significar “Fuente fiable de la medida (de Cielo y Tierra)”.
En el plano del Río Amarillo se muestra la génesis de "los cinco estados de mutación" (*) a partir de números pares e impares para señalar la polaridad Creativa (color blanco y número impar) y la polaridad Receptiva (color negro y número par) de los diferentes principios y fuerzas vitales primordiales. Al usar en el plano bolitas de color blanco (Yang) y negro (Yin) en cantidades par (Yin) e impar (Yang), los sabios que hicieron este plano enseñan de este modo además, que la polaridad de los principios espirituales y energéticos del Cielo se invierte cuando estos principios se materializan en la Tierra.

(*) Richard Wilhelm puso “los cinco estados de mutación” entre comillas para remarcar entre paréntesis lo siguiente: wu hsing, por lo común erróneamente denominados “elementos”.

Ho-tu plano del rio amarillo

Los principios energéticos del Cielo se transforman en la Tierra en configuraciones materiales
El plano señala de qué manera ocurre esto:

  • - El principio primordial “uno” (lo Creativo del Cielo) se materializa en el planeta en el Elemento Agua.
  • - El principio primordial “dos” (lo Receptivo de la Tierra) se materializa en el planeta en el Elemento Fuego.
  • - El principio primordial “tres” (la capacidad de crear la viviente manifestación de la energía del Tao, la materia viva) se materializa en el planeta en el Elemento Madera (Viento).
  • Además, el plano indica que el “tres” produjo el “cuatro” y el “cinco”. Para formar el “cuatro”, el “uno” tiene que haberse unido al “tres” y para formar el “cinco” tiene que haber sido el “dos” el que se unió al “tres”.

De modo que el plano del Río Amarillo relata que la unión del principio “dos” (lo Receptivo de la Tierra) y la capacidad de crear materia orgánica (el “tres”) convierte a nuestro planeta (el “cinco”) en un ser vivo al que nos referimos cuando hablamos de la “Madre Tierra” o de Gaia. Esto coincide con el hecho de que desde tiempos remotos el número 5 está asociado a lo que se llama “la magia de la Tierra”. En numerología representa la comunicación, el movimiento y la versatilidad; y el número 5 se asocia además con la relación (conflictiva) entre el amor y el intelecto debido a la necesidad de hallar respuestas lógicas a las cosas incomprensibles (mágicas) que ocurren en la vida.
El plano sugiere que la unión del principio “uno” (lo Creativo) y la capacidad de crear materia orgánica (el “tres”) produce en nuestro planeta fenómenos “cuatro” como su campo electromagnético, la atracción magnética del polo Norte, la carga eléctrica, la ionización del aire, la mineralización del suelo, etc. Como veremos en los hexagramas relacionados con la fuerza natural Trueno (nº 16: El Entusiasmo y nº 51: Lo Suscitativo), el número “cuatro” tiene que ver con las condiciones de supervivencia en el planeta y con las propiedades innatas que permiten que los diferentes seres encuentren su particular forma de sobrevivir en las condiciones dadas.

En el plano se observa que los números 1 a 5 están relacionados con los principios espirituales y energéticos del Cielo y que los números 6 a 10 se refieren a las fuerzas naturales en la Tierra. El valor numérico de las configuraciones materiales es la suma del número adjudicado a determinado principio energético y el número “cinco” que representa “la magia de la Tierra”. Por eso, se puede ver de un vistazo cuál es la procedencia energética de determinado Elemento y cuál es su condición vital: Creativa (Yang) o Receptiva (Yin).

De modo que el plano revela que el Elemento Agua (6 bolitas negras) es la configuración material de lo Creativo (1) en la Tierra (5). Siendo el seis un número par, el Agua es Yin por lo que le conviene una actitud Receptiva y entregarse a las indicaciones de lo Creativo del Cielo para encontrarse con el espíritu y la energía de su verdadero ser.
El Elemento Fuego tiene 7 bolitas blancas (2+5) porque es la configuración de lo Receptivo (2) en la Tierra (5), donde el Fuego es Yang debido a su condición Creativa. La condición vital la conocemos por la 1ª línea de su trigrama y ahora también por el hecho de que el siete es un número impar. No obstante, es importante darnos cuenta de que, en el fondo, el Fuego es más terrenal que el Agua ya que es la configuración material de la Receptividad de la Tierra, el “dos”.
El Elemento Madera tiene 8 bolitas negras (3+5). Un número par, así que, siendo la fuerza natural creadora de la matera viva, la Madera es una fuerza Receptiva. Esto lo muestra también el trigrama Viento donde la 1ª línea indica que su condición vital es Receptiva. Sabiendo que el Elemento Madera representa la naturaleza vegetal y, por tanto, todos los procesos orgánicos, es evidente que sería incapaz de crear nada viable a no ser por las indicaciones inspiradoras de lo Creativo del Cielo que percibe gracias a su Receptividad.
El Elemento Metal tiene 9 bolitas blancas (4+5). Esto indica que el Elemento que se encarga de las condiciones vitales que determinan las posibilidades de supervivencia en el planeta, es una fuerza natural Creativa. Dichas condiciones del planeta y las de sus habitantes son innatas y permiten la supervivencia. En nuestro caso son “regalos” energéticos como el instinto, la intuición y la percepción sensitiva que vienen de lo Creativo del Cielo. A través de tanto los regalos como los sustos que surgen de improviso de nuestro interior, percibimos “la mano de Dios” que reclama responsabilidad individual despertando nuestra toma de conciencia del orden universal.
El Elemento Tierra tiene 10 bolitas negras (5+5) dibujadas sobre un rectángulo que tiene en su centro el dibujo de la “molécula mágica” (*) del Ciclo Cosmológico, el dibujo que visualiza la dinámica auto-reguladora de la vida. En numerología el número 10 está compuesto por los números “uno” y “cero”. El “uno” simboliza el principio primordial de lo Creativo y el “cero” simboliza la eternidad. Es decir, indicaría que la vida en la Tierra es un proyecto espacio-temporal Creativo de evolución eterna.

(*) El dibujo de las cinco bolitas en el centro lo he llamado la “molécula mágica” porque es una figura que se repite en muchos ámbitos orgánicos diferentes como en el dibujo de la dinámica entre las fuerzas naturales en el Ciclo Cosmológico y en la estructura general de las moléculas de los aminoácidos, por ejemplo.

el ciclo cosmologico

estructura aminoacidos