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1. Las fuerzas vitales que mueven el mundo

Publicado el Lunes, 19 Agosto 2013
Última actualización en Viernes, 26 Septiembre 2014

La lógica orgánica del Libro de las Mutaciones se debe a sus orígenes, la percepción de las indicaciones de lo Creativo del Cielo. Indagando en el Libro segundo, se revela que los investigadores que hicieron esta obra, se basaron en evidencias que sólo se pueden sentir, como por ejemplo la evidencia de que "el espíritu mora misteriosamente dentro de nosotros". Escuchando a lo Creativo del Cielo en su interior, llegaron a entender que "el espíritu del Tao del Cielo se hace realidad en la Tierra". Convencidos de que existe un sistema general de orden en el universo, se guiaron por los sentidos y su propio sentir para observar la realidad y emplearon la lógica mental para desentrañar la estructura básica de la dinámica vital que es "la medida de Cielo y Tierra".

Según los creadores del fundamento del Libro de las Mutaciones (I Ching), las fuerzas vitales que mueven el mundo se forman al unirse, en combinaciones de tres, dos principios energéticos: lo Creativo (el "uno") y lo Receptivo (el "dos"). Estos principios son representados mediante unos simples trazos. Lo Creativo (o Yang) es una línea continua y lo Receptivo (o Yin) es una línea partida en dos. Con tres de estas líneas se forman los trigramas que simbolizan las fuerzas naturales que determinan las condiciones vitales en el planeta Tierra (ver I Ching p. 407). De ahí que, con la ayuda de los trigramas y su significado, es posible vislumbrar y comprender "las condiciones espacio-temporales" que determinan la realidad.
La "medida de Cielo y Tierra" la resumieron así: "El uno se divide y se vuelve dos. El dos se une y se convierte en uno. Lo Creativo y lo Receptivo se unen y constituyen el mundo." Y en el siglo VI a.C. el célebre filósofo taoísta, Lao Tse, hizo en su obra Tao Te King (capítulo XLII) la siguiente aclaración:

El Tao produjo el Uno
El Uno produjo el Dos
El Dos produjo el Tres
El Tres produjo todas las cosas

El “Uno” es la energía originaria procedente del Tao (Qi Original) y el “Dos” es la interacción entre lo Creativo y lo Receptivo (principio Yin-Yang). Para distinguir los diferentes significados, se escriben los números de Lao Tse con mayúscula. El “Tres” es la "viviente manifestación de la energía del Tao", igual que el “tres” entendido como la suma del “uno” y el “dos” de I Ching que se refiere también al principio primordial que posibilita la generación de materia viva.

Lo Creativo (Yang) procede del Cielo y es de naturaleza energética y espiritual mientras que lo Receptivo (Yin) procede de la Tierra y es de naturaleza material y terrenal. Lo Creativa y lo Receptivo son fuerzas complementarias cuya interacción (el “Dos”) es necesaria para crear vida, regenerarla y conservarla.
Lo Creativo (el “uno”) es la energía originaria, luminosa, espiritual, fuerte y activa del Tao que inspira la Creación y dirige las transformaciones constantes a las que los seres vivos están sujetos para nutrirse, renovarse y vitalizarse. Lo Receptivo (el “dos”) es la disposición de entrega a las intenciones espirituales de lo Creativo que, siguiendo sus indicaciones, tiene la capacidad de materializar las ideas de lo Creativo. De modo que lo Receptivo es el principio primordial capaz de dar forma a las intenciones de lo Creativo, convirtiéndolas en todo tipo de fenómenos, seres y otras expresiones vitales visibles, tangibles y consistentes (el “tres”).

Los principios primordiales “uno” (línea continua Yang) y “dos” (línea discontinua Yin) impulsan un continuo cambio creativo. Dividiéndose, el “uno” se convierte en “dos” y uniéndose, el “dos” se vuelve a convertir en “uno” (principio Yin-Yang). Jugando con tres de estos principios vitales, se crean determinados estados de mutación que son las fuerzas naturales que mueven el mundo. Con las líneas que representan el principio vital Yin (discontinua) y el principio vital Yang (continua), se pueden hacer 8 combinaciones de 3 líneas, es decir, ocho trigramas que corresponden a las fuerzas vitales primordiales. Las características de cada una de estas fuerzas surgen de la dinámica inherente a la estructura de líneas Yin y Yang de los trigramas.

Fuerzas Creativas (Yang):
fuerzas creativas 
 
Fuerzas Receptivas (Yin):
fuerzas receptivas
 

Estas fuerzas vitales interactúan constantemente entre sí. La dinámica entre ellas se visualiza en los hexagramas formados por dos de estos trigramas. Interactuando siempre dos fuerzas vitales, se pueden generar (8x8) diferentes estados globales de cambio, las condiciones espacio-temporales, cuyas características se describen en los 64 hexagramas del Libro de las Mutaciones (o bien, Libro de los Cambios o I Ching). Junto a cada hexagrama, I Ching explica globalmente cuáles son las condiciones espacio-temporales dadas en determinado hexagrama. Estas condiciones se definen por las características de cada uno de los trigramas que componen el hexagrama cuya interpretación se fundamenta en las tendencias movilizadoras intrínsecas de las fuerzas vitales implicadas.
De modo que en los 64 hexagramas del Libro de las Mutaciones se describen las circunstancias de forma que se aclaran las características de determinados procesos de transformación y cambio, facilitando así la toma de conciencia del movimiento natural de las fuerzas primordiales implicadas en determinados procesos vitales. De modo que la información sobre los hexagramas sirve de ayuda para reconocer estos procesos y actuar en concordancia con la dinámica natural de la vida.